Acosar es asesinar el alma

Relato de Xavier Eguiguren

¡¡¡Eres una gorda!!!

¡¡¡Mira que cuerpo, en casa te esconden los espejos!!!

¡¡¡Mirad como mete tripa, eres una gorda que apesta!!!

Monótono soniquete de rimas feas, voces en "off" para los que sufren el complejo de otros. Chillidos agudos que dimanan de cuatro caras pálidas de "Gorjuss". Muñecas sin boca. Acosadora y séquito colaborador, son cuatro niñas de primaria.

Cuatro aullidos, cuatro cuchillos de odio prematuro. Cuatro figuras de tamaño mediano, ataviadas con un uniforme escolar. Ocho manos pequeñas apoyadas sobre la cara interior de la verja de un patio de un colegio cualquiera.

Insultos y desprecios que taponan la salida, arrojan a un pozo oscuro, e inducen al suicidio del que los recibe. Soy la autoaniquilación a veces física y siempre psíquica del acosado.

No puedo más, el aire no entra en los pulmones, siento entremezclarse los alientos de acosadoras y el llanto del que sufre. Ahora en este momento, una jovencita con el rostro muy triste.

Si acorralas, cercas, asedias, intimidas, acribillas, atosigas, persigues o sitias a tus semejantes, asesinas voluntariamente su alma siempre, y matas en ocasiones su cuerpo.

Piénsalo querido alumno.

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