Unas breves reflexiones sobre la UNEE

Artículo de Diego Alonso Cánovas, miembro de honor de la Unión Nacional de Escritores

No soy de esas personas que, cumplidos ya muchos años, suelen decir que no le deben nada a nadie. No es mi caso. A pesar de que este camino no está alfombrado con rosas, me sumo a las palabras de algunos conocidos poetas que bendicen y dan gracias a la vida por todo lo que han recibido de ella. Yo no sería yo sin el aporte de tantas y tantas personas que he ido conociendo y tratando a lo largo de mi existencia. Cuando miro hacia atrás me siento afortunado por el cariño y el conocimiento que he recibido de aquellos que me han acompañado —o, simplemente me he cruzado con ellos y me han aconsejado— en esta senda que llamamos vida.

Pero ahora quiero centrarme en el presente y, dentro de este, en mi faceta como poeta. Hablando de mí, escribo la palabra “poeta” y la borro y la vuelvo a escribir y a borrar, …, porque me queda grande, como esa ropa que le compran a un niño chico pensando que está en desarrollo. Así que, ruego que no sea tenido como síntoma de engreimiento. La utilizo solo para entendernos, y con reservas; son los demás quienes deben decidir sobre si mis versos merecen otorgarme ese título. En este camino de aprendizaje continuo de la tarea de escribir poesía, he tenido la suerte de conocer a la Unión Nacional de Escritores de España (UNEE), una asociación que, desde mi ingreso en ella, me ha permitido ampliar mi ámbito de lectores mucho más de lo estrictamente local. Como muchos otros poetas, no escribo para mí mismo sino que aspiro a que mis poemas sean leídos (o escuchados) por otras personas. Es decir, en la ya clásica polémica conocimiento vs. comunicación, mi poesía se inclina por esta última, se dirige a los demás; en este sentido la UNEE me está sirviendo mucho, no solo para comunicar más y mejor mi poesía, sino como un excelente medio para conocer y relacionarme con otros autores de mi cercanía y de otros lugares de España. En definitiva, me ayuda a seguir mejorando, como persona y como escritor. Así que, por todo esto y por haber recibido el nombramiento como Miembro de Honor, integro a la UNEE en mi listado de personas y entidades a quienes mucho debo. Gracias, UNEE.