“Lo que el corazón escribe”, un libro de poética “rica y honesta” de Alberto Carralero

El joven autor cartagenero presentó su obra en el último de los actos de 2018 de la Delegación Sureste

La respuesta del público se hizo patente el pasado 13 de diciembre en la presentación del libro “Lo que el corazón escribe” del joven poeta Alberto Carralero Tomás, llenando la sala de la cafetería “El soldadito de plomo”, de Cartagena, donde tuvo lugar el último de los eventos programados por la Delegación Sureste para este año.

Dio comienzo el acto como viene siendo habitual con las palabras de bienvenida del delegado regional de la UNEE Juan A. Pellicer quien, tras agradecer a la dirección de la Cafetería por su siempre positiva respuesta hacía las propuestas culturales y literarias de la UNEE, se dirigió al numeroso público asistente con una breve intervención donde quiso compartir el “compromiso del colectivo” que representa propiciando propuestas y espacios culturales, como en esta ocasión –subrayó- que nos congrega en torno a la obra poética de un “joven poeta” como es Alberto Carralero Tomás. Subrayando y enfatizando que es en este tipo de actos donde se materializa uno de los objetivos de la Unión Nacional de Escritores de España (UNEE).

A continuación tomó la palabra Crisanto Carralero, abuelo del poeta, quien de manera emocionada habló de su “querido nieto” haciendo un recorrido por su infancia rodeada de encuentros y reuniones familiares donde Alberto siempre presidía la mesa familiar. Destacó Crisanto que los comienzos de su nieto en el mundo de las letras lo fueron precisamente en aquellos momentos familiares. Momentos, los relatados por Crisanto, muy especiales y cargados de gran emotividad a los que los asistentes no fueron indiferentes, devolviéndole calurosos y afectuosos aplausos a lo largo de su intervención.

Seguidamente y ahora como prologuista de la obra, tomó de nuevo la palabra Pellicer agradeciendo al autor la confianza depositada en él al proponerle hacer el prólogo de la misma. Un reto -reconoció Pellicer- que no le resultó fácil ya que lo que se suele esperar de cualquier prologuista es la “fácil y gratuita construcción del prólogo, tarea en la que a veces y por distintas razones no me he sentido especialmente cómodo rechazando el ofrecimiento en algunas de ellas. Afortunadamente en esta, he disfrutado leyendo y viviendo la obra con el mimo y la dedicación como si fuera mía, no en vano su autor, estoy seguro, de seguir con su particular compromiso hacia las letras, gozará de muchos y buenos momentos en torno a la poesía". Con “hoja, boli y corazón” –título con el que Pellicer prologa la obra- hace un recorrido por la propuesta de Carralero a la que considera intensa, sincera, humana, cercana, de una poética rica y honesta que, seguramente, es lo mejor que se puede decir de un poeta y sus versos. Una ventana desde la que poder ver un horizonte que viene a ser el mismo que yo vi en aquellos ya lejanos años de mi juventud.

Con los nervios y la emoción propios de la ocasión es el autor quien tomó la palabra agradeciendo a los numerosos asistentes por su presencia, a su familia, a su abuelo de manera particular, y al propio Pellicer de quién destacó su apoyo y confianza constante. Comenzó su intervención haciendo un recorrido por sus inicios tanto en la Literatura como en la Poesía. Confesó el autor que la poesía tuvo en él un efecto terapéutico así como de herramienta de expresión, debido en parte al tiempo que dedicó consecuencia de un accidente acaecido años atrás. Dio a los asistentes unas pinceladas sobre sus gustos y aficiones, resaltando entre ellas su pasión por la Semana Santa de su ciudad ya que “me siento muy cartagenero”.

Durante su intervención tuvo un recuerdo hacia sus maestras, sus amigos, Pellicer, Gabriel Turkan y por supuesto a su familia.

Quiso finalizar su intervención teniendo un emotivo recuerdo para su abuela Cecilia coincidiendo además el patrón del día, recitando el poema contenido en la obra “Hasta luego”, obra dedicada a ella.

A continuación se abrió un pequeño coloquio donde hubo preguntas por parte del público, lo cual hizo del momento otra agradable y chispeante manera de acercarnos más al mundo interno del autor quién contestó a todas y cada una de las preguntas que fueron surgiendo. En un momento concreto y dado que en la obra hay un poema escrito a la limón con su amigo y compañero Jorge, ambos lo recitaron.

Con las palabras de despedida por parte del delegado regional y las fotografías para el recuerdo se puso el broche de oro a este año 2018, “con el deseo que el próximo nos llegue cargado de ilusiones, sueños y retos por cumplir”, concluyó Pellicer.