Juan Tomás Frutos, poemas y relatos cortos

Hemos hallado

Nos rezamos. Nos vigorizamos. Nos honramos. Nos somos. Nos perdemos y ubicamos.

Nos convencemos. Nos tomamos. Nos pedimos. Nos cubrimos. Nos llegamos.

Hemos resuelto mucho. Nos honramos. Nos convencemos. Nos hemos tomado.

Nos derivamos. Nos insistimos. Nos recurrimos. Nos declaramos. Nos pensamos.

Nos suponemos. Nos rezamos. Nos subrayamos. Nos comprendemos. Hemos hallado.


En las señales de paz

Me miras. Nos subimos a la nube. Nos tendemos. Nos narramos. Hay amor.

Nos resolvemos. Nos regalamos buenas intenciones. Nos hacemos óptimos. Posibilitamos.

Nos hemos reclamado. Nos comprendemos. Hemos insistido. Nos destacamos.

Caminamos. Nos hallamos. Tomamos en consideración. Nos abrazamos. Curamos.

Poco a poco nos hacemos uno para multiplicar las más hermosas señales de paz. Ahí estamos.


Con cariño

Camina
con el amor preparado,
con la fórmula sencilla
de la paz contigo mismo
y con los demás.
Sé dichoso
desde la convicción
de que se es
cuando no se espera demasiado.
La virtud
tiene como referente
la mesura y la solidaridad.
Con cariño
todo marcha mejor.


En la unidad

Nos pregonamos

a los cuatro vientos

con elucubraciones

que aclaran lo que queremos ser.

Nos enganchamos

a unos acontecimientos

que requieren todo

con marcha, con puentes

hacia la dicha,

que compartimos.

Estamos en la unidad.


Vivimos

Nos sucede.

Nos descalzamos.

Nos proponemos.

Nos indicamos.

Nos amansamos.

Nos hacemos estar bien.

Vivimos.


No me iré del todo

Me iré, 

pronto me iré,

y no aspiro a que me echen de menos.

Como mucho, me llorarán los míos,

que pronto sabrán que la vida sigue,

como debe ser.

 

Me iré en una Primavera de luz

sabiendo que me echaré de menos

en mi Huerta, entre mis naranjos,

a la sombra de la higuera de mi padre,

con quien me abrazaré

en la infinitud del cosmos.

 

Me sabré en el todo

aunque sepa a nada,

pues no estaré contigo,

esa persona que me abrigó,

que me reconcilió,

que me hizo ser humano,

que me salvó

hasta de mí mismo.

 

Me iré, sí,

pero dejaré el testimonio

de un amor sin nombre

que portará nuevas sonrisas

por campos y mares.

 

Sabes,

y ahora me dirijo a ti,

que me inspiraste,

que me embriagaste,

que me hiciste siempre niño,

que me ruborizaste,

que me hiciste bailar y cantar

como un loco, ya sin ataduras

por tu bendita querencia.

 

Me iré,

pero dejaré en tu corazón,

a riesgo de olvido,

lo poco que he conseguido

que es saber de verdad

que gracias a ti soy calor

en la inmensidad de un mundo frío.

 

Me iré, lo sé, me iré,

pero el viaje no habrá sido en balde.

Ya lo sé,

a punto de irme lo sé,

y doy gracias por esta última oportunidad

antes de que se baje el telón.

 

Irme toca, me iré,

pero digo con rotundidad

que ha merecido la pena.

Por personas como tú

el universo debe ser salvado.

 

De serlo, y ésa es mi esperanza,

sé que no será una despedida,

pues del todo no me iré.

Sabes que lo digo por ti.


Nos ayuda la energía

Nos interpretamos. Nos mejoramos. Nos establecemos con tonos mágicos. Nos demostramos que somos capaces. Nos desarrollamos desde la efectividad.

Nos variamos. Nos cuestionamos. Nos dejamos en manos del destino. Nos despertamos. Nos brindamos las gracias. Nos recordamos con atenciones.

Nos hacemos de oro, fuertes. Pasamos de largo. Nos sobra. Hay espejos que nos reponen. Nos importamos mucho. Resolvemos.

Nos representamos en positivo. Nos levantamos con ilusión cada día. Nos perdemos para encontrarnos. Hemos imaginado mucho. Llegaremos.

Nos rodearemos de arte. Nos tomaremos en serio. Nos saldrá estupendamente. Superamos las incertidumbres. Todo ocurrirá. La energía nos ayuda. 


Próximos

 

Bailemos con el día.

Seamos entre amores

que nos impliquen en lo cierto.

 

Resultemos.

Busquemos sin perfiles definidos.

Hagamos que los encuentros

nos aparten de la felicidad.

 

Compongamos.

Crucemos las vidas ilusionantes.

Traspasemos algunas fronteras.

 

Reflexionemos

con valores y criterios de autonomía.

Hablemos. 

Nos hemos de ir hacia la distancia

que nos incline

a la realidad más admirada.

 

Apoyemos.

Recojamos las mieles de un éxito

que nos ha de colocar

sin rodeos, desde la alegría,

en una intervención jugosa y mancomunada.

 

Nos hemos de referir

a lo conveniente, a lo que nos vale.

Importa lo sencillo,

lo cercano, lo que conecta.

Vivamos la Primavera

sin resoluciones de dolor.

 

Las instantáneas han de ser justas.

Nos brindaremos carácter,

y, sobre todo, entretenimiento positivo.

 

Estemos próximos.



Navegamos entre sueños

Nos entregaremos al día

con la pasión de dos locos

que, por amor, perfeccionan todo lo bueno

que pueden

 y sonríen.

 

Nos daremos a la mar

que nos llevará lejos

del mundanal ruido,

prestos a mejorías con cambios

por y para los demás.

 

Olvidaremos los malos ratos

y nos coseremos

a las emociones sinceras,

con pláticas relativas y dichosas.

 

Nos seremos

con maestría y buen hacer.

Nos vestiremos

de entusiasmo, con risas.

 

Pausamos.

Nos admiramos ya con ganas,

con belleza, en la espera,

con presencia de esa verdad que nos une.

Nos preñamos de autenticidad.

 

Hemos resuelto conflictos.

Poco a poco nos lucimos.

Estamos listos 

para ese plus que nos ensalza.

 

Podremos estar

en un escenario desinteresado.

Nos procuraremos caricias

con las que navegar

hasta sin rumbo.

 

Todo lo soñado ocurrirá.

Empezado queda el proceso.

Elucubramos y cumplimos.

 


Nos celebraremos

 

Contemos 

con las mejores razones.

Vivamos sin aislamientos.

Apelemos 

a lo que somos, a cuanto podemos,

y sigamos sin añadir suspensos.

 

Nos hemos de tener en cuenta

con brisas que quiten las nieblas.

Nos aportaremos empeño

y querencia nítida.

Nos daremos cordura.

 

Convoquemos los afanes

más maravillosos

con acuerdos de operaciones

que harán historia

en nuestra relación personal.

Todo ocurrirá con paciencia.

 

Interioricemos la belleza.

Con pausa nos acercaremos

a lo máximo, a la verdad

que nos brinda

una escala para alcanzar

el valor del corazón.

 

Somos un premio infinito.

Nos impulsamos para rozarnos

con la voluntad más creíble.

Avanzamos con derechos

con pactos no escritos.

 

Las medidas de cariño nos resarcirán.

Hemos eliminado los parches.

Ya somos sin explicaciones

ni exigencias inútiles.

Nos acreditamos.

 

Verificamos con transparencia.

Estamos en franca mejoría.

Hay un refuerzo del optimismo.

Nos celebraremos.

Mucho, muchísimo.



Maravillas

 

Nos reflejamos en el bien.

Confiamos en la vida.

El amor nos está sanando.

 

No tenemos prisa.

Todo irá por lo suyo.

Poco a poco nos encenderemos

y viajaremos a un paraíso

cargado de ilusiones

en pos de una misión renovada.

 

Nos sentiremos

en esa plenitud soñada

con intenciones de paz y sin sombras.

 

Nos alejaremos

de los pozos siniestros,

de las oscuridades que manchan.

 

Divisamos. Advertimos.

 

Ya nos reflejamos, vivimos ecos,

con el bien de fondo y con formas

de tolerancia y entendimiento.

 

El amor todo lo puede.

 

Marchamos hacia ese lugar

de tranquilidad y aprendizaje.

Hace tiempo que estamos listos.

 

Nos armaremos de paciencia

e iremos acercándonos

a ese umbral que será centro

de un futuro prometedor.

 

No buscamos la transcendencia,

sino ser felices

en este trayecto que se presenta

como la base de la dicha justa.

 

Nos subimos al mejor barco,

el del amor,

y con él arribamos donde hace falta,

donde nos experimentamos bien.

 

Estamos en la pasión.

Todo lo que viene,

lo que ya es,

nos hace vislumbrar la maravilla

de la existencia,

con muchos ingredientes más.

Muchos, muchos más.



Esplendor

 

Eres tiempo, deseo,

sueño y verdad,

amor y vida, todo cuanto preciso.

 

Nos proveemos

con registros que liberan.

Estamos de acuerdo.

Nos persuadimos.

 

Fomentamos el instinto

para continuar hasta el inicio

de una promesa cumplida.

Nos extrañamos.

 

Agilizamos las entradas perfectas,

y las salidas certeras,

que nos admiten con promesas

que nos inclinan

hacia el lado del cariño.

Nos anhelamos.

 

Salimos del destierro.

Olvidamos lo malo.

Nos tranquilizamos.

Somos un milagro

que nos reporta madurez.

 

Nos hacemos preguntas.

Ocurre.

Comenzamos y terminamos.

Jugamos y aprendemos.

Saltamos y nos felicitamos.

 

Nos oponemos al fanatismo.

Nos igualamos.

Estamos listos y en paz.

 

Fijamos fechas.

Nos embarcamos.

Nos ubicamos en varias vicisitudes.

 

Saldremos adelante.

Nos construimos.

Hemos pedaleado.

Todo es esplendor.

Y más que será. 



Más que hábiles

 

Contrastemos el valor

de la memoria, de lo que fuimos,

de cuanto nos puede atraer y distraer

con prestaciones y preferencias

de amor hacia nosotros mismos.

Amemos.

 

No consintamos caer

en cuentas ajenas

que no aportan lo suficiente.

 

Nos hemos de enseñar

desde la máxima experiencia

y sin tópicos retorcidos.

Giremos hacia la amistad

con presencias y pronósticos

que nos conducirán

hacia la levedad y la creencia

en nuestras opciones.

Seremos en la jovialidad sin mancha.

 

Vayamos hacia ese tono mágico

que nos dirá si podemos o no,

que será que sí.

 

Hemos aprendido

desde la injerencia y los buenos pronósticos.

Podemos ser muy hábiles.

Y más, siempre más.

 


Atracción


Respondemos a las preguntas

con unas intenciones maravillosas

en las que creemos.

Mostramos afanes de pasión.

 

Nos referimos al deseo.

Nos gustamos.

Tenemos que vivir

entre sueños que nos dignifican.

Nos amamos mucho.

 

Estamos en el intento perfecto.

Llegaremos donde sea preciso.

Nos liberamos.

 

Nos hablamos en paz,

y en calma seguiremos.

Respondemos a lo que sentimos

aún antes de empezar.

Nos atraemos.

Todo tiene sentido.

 


Todo es posible


Lo sentimos.

Nos entusiasmamos con la mirada.

Nos captamos con la máxima capacitación.

Nos entendemos.

 

Nos enamoramos del día.

Estamos juntos:

eso ayuda a vivir

una visión maravillosa,

querida, sólida, única, 

llena de senderos perfectos.

 

Nos queremos.

Contribuimos

con presencias maravillosas

que nos endulzan la jornada.

Todo funciona como perfecto.

 

Hemos quedado antes

con la sonrisa a medias,

con la ilusión de seguir

hacia el lado más estimulante.

Mudamos.

 

Nos cantamos

como si el mundo renaciera

en cada esquina,

que puede que sea así.

 

Nos hemos enseñado a continuar

por cada senda maravillosa.

Nos expresamos

con todo el honor posible.

 

Nos leemos

con la voluntad de ser

entre querencias muy nobles.

 

Nos hemos entendido

con rarezas que entroncan

con la pasión que sentimos

el uno por el otro. 

 

Andamos, corremos, nos señalamos.

Hemos de pensar

que todo es ya factible,

y lo será.



Razón y corazón


Condimentamos

el amor hermoso, de calidad,

con más transparencia,

con la voluntad divina

de estar cerca y mejorar.

 

Nos hemos añorado

durante años, sin saber

que existíamos.

 

Decidimos robarnos

el corazón hermoso

que lo es

por el hecho de estar unidos.

 

Hemos edulcorado los espíritus

con las intenciones más honestas

y fraguado los milagros

que nos hacen estar vivos.

 

Nos debemos

al presente-futuro

que nos arregla

con sus movimientos certeros.

 

Nos premiamos

con unos besos fogosos

que nos reinventan.

Admiramos lo que nos rodea.

 

Nos pensamos.

Nos queremos.

Debemos darnos el tiempo suficiente

para avanzar,

para transformar cuanto tenemos,

que es bueno.

 

Hemos conseguido la suerte,

convertida en milagro,

de darnos y de ser

con emociones sinceras.

 

Premiamos al mundo

con nuestra presencia unida,

con las emociones supremas

desde la unidad más determinante

hacia la calma y la felicidad.

 

Estamos en ese plano

que alimenta el alma.

No necesitamos más que experimentarnos

en la felicidad.

 

Somos optimistas.

Nos dejamos vivir.

 

Ya no hay casualidad

en nuestras querencias.

 

Nos hemos mudado

para ser primera y última razón.

 

La mente se deja llevar

por un intenso corazón.

Gracias. 


Guiarán los brillos

El reflejo nos impide

a veces, muchas,

ver la ilusión que nos rodea.

Mudemos esa mirada.


La magia nos envuelve

de una pasión especial.

Siempre que podamos

nos debemos entusiasmar

con paciencia, en armonía,

desde el sosiego de que el mundo nos da

lo que merecemos,

si sabemos luchar por ello

y esperar lo que sea menester.


Nos condicionamos.

Nos expresamos con silentes afanes

que nos determinan

con franqueza y hermosura.

Hemos adivinado un tanto.


No nos abrumemos

en exceso, ni paremos,

ni apuntemos constantemente

donde no hay solución ni batalla.


Pongamos

los hechos en sus sitios,

y procuremos que las evoluciones 

sean perfectas.

Evitemos

las calladas sin respuestas,

y alejemos

los volúmenes que nos impidan la dicha.


Nos debemos al universo.

Vayamos sin tacha.

Juntemos las experiencias

de otros instantes de genialidad

hasta dar con los números que funcionan.


Nos haremos caso 

desde el sillón de las nieblas.

Nos conectaremos con el día.

Sabremos, experimentaremos,

y seguiremos.

Los brillos nos guiarán.


Nos consolaremos al unísono

hasta el fin del cosmos. 

Y más allá, claro.

Mucho más allá.


De todo, más

 Nos zafamos del encierro

de la vida que busca la eternidad

y somos imperecederos al fin,

de esta guisa, sin traumas, sin ataduras,

gracias al amor azulado

que nos profesamos.

 

Nos entendemos

con gratitud y bondad,

en pura armonía.

En paralelo, nos esforzamos mucho

para que todo funcione.

 

Nos salimos

de algunos aspectos poco nobles

que nos marchitaban

y nos habitamos con pasión.

Hay alegría.

 

Iremos mejorando

de los derrumbes de sentimientos

que no han aportado nada

hasta ahora.

Ya lo sabíamos,

pero costaba percibirlo de verdad.

 

Por fortuna podemos comprobar en adelante

lo que nos hace felices,

lo que merece la pena,

y, además, pelear pacíficamente por ello

como si el mundo se fuera a agotar.

 

Pasamos de las palabras

a los hechos,

y nos divertimos pensando

que todo el sentido del universo enamorado

nos acompaña

en una fórmula bendita de cariño.

 

Ya no hay horas.

Captamos que lo mejor

está por cuajar.

 

Sucederá lo que hemos decidido

escribir y realizar.

Estamos listos y gozosos

por la entrega y la voluntad

que fomentamos.

Habrá de todo, ¡más!



Irá bien

Comprendemos el mundo cuando lo empapamos de emociones, cuando nos vestimos de creencias en el prójimo desde la esperanza de un cambio. Regresamos y comenzamos desde un punto cero.

Nos debemos empujar hacia lo más atractivo, con la misión de estimar lo que nos puede recordar lo que merece la pena. Nos acrecentamos. 

Hemos de salir adelante con lo poco o lo mucho que exista. No pidamos más de lo que necesitamos. La avaricia rompe muchos sacos, sobre todo el de la dicha, que se extingue.

Nos involucraremos de nuevo en los aspectos más sanos, en los que nos pretenden con referencias de confianza. No apaguemos la luz. El brillo de los óptimos actos nos ha de guiar.

Configuremos las ubicaciones que nos pueden distraer en positivo. Nos hemos de llamar desde el interior. Nos daremos las fábulas más maravillosas. Podemos caminar en paz, si nos convencemos de que ése es el itinerario idóneo. 

La vida no ha de pasar por nosotros, sino nosotros por ella, dejando nuestra impronta, siendo capaces de sobreponernos a las contradicciones y vehemencias de unas circunstancias que no nos deben amilanar. Intuyamos. Planifiquemos también. 

Seamos sensatos y un poco locos al tiempo. Tengamos la convicción de que irá bien. Y será. Veo que sonríes.


Lo conseguiremos

Diseñemos las experiencias
con un toque maestro,
con la fortuna de quien anda
en pos de una misión imposible
cargada de amor.
No hay mejor meta.

Diseñemos desde la experiencia
esa óptica que nos invita a ver
más allá sin cálculos.

Nos hemos de distinguir.
Destaquemos las bellezas
de antaño, las enseñanzas,
las aprendidas, las que nos regalan
la fortuna de la justicia,
del equilibrio firme y serio.

No rompamos la magia
de cada segundo,
ésa que hemos de despejar
en los ojos de los que nos rodean.

La vida es lo que es
si abrimos la mirada
a cuanto sucede
y lo interpretamos con oportunidad.

Agarremos la experiencia
como caso fuerte,
como preferente cima
que nos inducirá a cambiar
en estos tiempos convulsos.

Aunque merecemos mucho
no seamos ambiciosos:
tampoco nos volvamos atrás.
Hemos de rascar en las opciones
que nos rodean
sincerándonos, abrigando ilusiones.

No pensemos en parar.
El objetivo es intentarlo siempre.
Seguro que irá mejor de lo aguardado.

Incluso... lo conseguiremos.


Aute

Nació en el otro lado del mundo, donde el sol no se ponía, en Manila, en las Islas Filipinas. Fue un poco de todo: pintor, poeta, cineasta, cantautor… un humanista dispuesto a compartir mesa y mantel con el universo. No tuvo reparos. Es verdad que escondía una timidez que le distraía. 

De ascendencia catalana y andaluza, curtido en Madrid y en París ha sido un personaje culto, esencial, que ha luchado por los más débiles, caracterizado igualmente por su independencia, por su cortesía, por su educación y firmeza a la hora de glosar y cantar sus ideales. 

Entre sus libros está “La matemática del espejo”, en el que libra sus batallas y expone sus obsesiones, como es la muerte, muy presente, como sabemos, en piezas interpretadas por él, que tuvieron como base algunos de estos poemas. 

“Siento que te estoy perdiendo”, “Mira que eres canalla”, “Slowly” son algunos de los temas que saboreó de manera excepcional, que vocalizó con su peculiar timbre de voz. No obstante, la canción que le universalizó fue “Al alba”, con claras connotaciones políticas de rechazo al régimen franquista y a los últimos fusilamientos que autorizó.

Su eje fue siempre el amor. Lo versionó de mil maneras, y siempre con la base de la autenticidad, de la entrega libre.  El libro-disco “Días de Amores” es una muestra de la gran capacidad que albergaba de contar pensamientos y deseos en torno al cariño soñado, profundo y real.

Su trabajo “Humo y azar” también resume su visión de la vida. Prueba de su versatilidad y de su ingente sabiduría es la multiplicidad de su inspiración, que le venía, entre otros, tanto de la guitarra de Paco de Lucía como de los poemas de un Pablo Neruda que fuertemente influyó en él, al igual que cantantes de la talla de Ana Belén, Rosa León o Marisol. La idea de un final existencial, repetimos, siempre estuvo muy presente en su quehacer, siendo como era, asimismo, un vitalista. Por eso le marcó tanto Miguel Delibes, con quien tuvo una gran relación personal. 

Podríamos estar muchas horas hablando de él, escribiendo miles de líneas, pero lo cierto es que lo más bello que podemos reseñar sobre este artista, porque es verdad, es que fue una gran persona. 

Yo le dedico virtualmente una canción lejana respecto de su estilo y en inglés: el “Forever Young” que canta Beyoncé. Supongo que lo hago porque, cuando cae alguien tan grande, nos llena de asimetrías, y con ellas, como él, tenemos que vivir.


Bien superior

Llegamos estupendamente,
de manera oportuna.
Nos iremos trasladando
a ese amor
que nos engancha
con premisas cruciales
que determinan dichosamente
cuanto y cuando será en el Reino de los Cielos.

Nos dirigimos hacia ese instante
primario y único
que asimila y destaca
cuanto conseguimos en ideales,
o puede que algo más.

Nos soñamos
en un encierro de colores
del que nos liberamos.
Hemos sido en tierra nueva, fértil,
con premisas claras,
con sobresalientes creencias
en un producto poliédrico.

Ensayamos,
y, sin duda, algo aprendemos
en una perfecta memoria
que nos colectiviza.
Hemos de singularizar
los espacios de querencia.

Nos enseñamos mucho,
de todo, una y otra vez.
Las virtudes
nos entroncan férreamente
con una visión clara
de poderío en misión.

Hemos obtenido
 los hermosos tonos clásicos,
y volamos
hacia la perspectiva diáfana
de un paraje flamante.
Relucimos.

Estiramos
las sensatas costumbres,
que nos equilibran.
Damos con esa suma serena
que nos ubica
en trecho y narrativa.

Los eventos representan
lo que tuvo sentido
en una etapa querida.

Nos convocamos ahora
en un Olimpo que cala
con la suerte mejor abonada.
Llegamos, como digo, estupendamente.


Algo importante

Registramos
el cariño hermoso
que nos implica
con contenidos descollantes
en un universo
que planea qué hacer
en cada hueco.

Nos interpretamos
como seres felices
porque lo somos
en la realidad reinventada
cada día.
Nos valoramos.

Intervenimos
con un toque maestro
que recita
los buenos hábitos
con una destreza infinita.

Vamos llegando
al cielo,
y en él nos sentimos
parte de la naturaleza
de las cosas,
que nos deja al albur
de lo más ingente.

Referimos
los instantes más significativos
con un ideario maravilloso.
Hemos juntado
las piezas óptimas
de un juego en serio.

Nos tratamos con cortesía
y esperanza en el porvenir,
que llegará con los dos.
Ya lo sabemos.

Hoy es el comienzo
de algo importante.
No faltaremos a la cita.


Tan cerca como podamos

Movemos ficha.
Estamos unidos,
juntos, en el inicio
que es final y ciclo a la vez.
Nos trasladamos.
Parecemos felices.

Somos capaces
con un límpido aire
que nos llena,
que nos propone seguir
hacia la novedad
que es fuerza.

Tomamos la dosis
de la esperanza mayor,
y somos
en la grata confianza
que confunde y vincula
para siempre.
Funcionamos.

Nos hemos corregido
sin apariencias,
en la presta medida
que nos considera desde el bien,
en la parte mayor,
con la premura que calza.

Nos calentamos.
No hay vacío,
o sí,
y seguimos,
o no.
Posibilitamos
ante las opciones
de un futuro que aguarda.

La existencia
tiene ocasiones óptimas y pésimas,
y de todas hemos de aprender.

Las finalidades,
muchas, crecientes,
nos deben honrar
con leales ejemplos.

Tenderemos la mano,
y con ella nos plantaremos
tan cerca como podamos.


Tomamos el día

Tomamos el día
en esta sombra
que nos lleva
a la luz
de una laguna
que es cobijo y origen.

Hemos renacido
en este lugar
que no es nuevo
pero que se presenta
con fuerza y brillo
de preámbulos,
como si todo estuviera
por reinventar.
Es nuestra, la jornada.

Nos atemperamos.
Hemos adornado
previsiones y creencias
en cuanto fuimos.
No estamos donde siempre
porque la actitud es otra.
Tomamos el día.

Nos debemos
a una flamante sintonía
con decisión y una querencia
que constate
aquello en lo que creemos.
Nos universalizamos.
Nos encartamos.
Vamos por el día.

Hemos de provocarnos
para suspirar y aceptar
que todo es posible.
Nos enfrascamos
en una gran verdad
que consiste en bondad
y amor infinito.

Tomamos el día
y nos decimos
que adelante.


Pretensiones

Te respeto y me respeto
con ese amor
que nos caracteriza.

Nos entregamos
en este encuentro único.
Comparecemos
para estar y ser
con un orgullo no pendiente
en esta nada fundamental
transformada en suma.

Aparecemos
con anhelos que nos permiten
vivir un regocijo
que es paz.

Lo último es lo primero.

La reciprocidad es creencia
en lo que somos,
en cuanto seremos.
Nos debemos tiempo,
y tiempo tendremos
para lo que sea menester.

Los años nos regalan
ese mejor reporte
ante posibilidades de avanzar.
Hemos visto
que la vida tiene sentido.

Nos hacemos ir:
volveremos a ser
esos héroes anónimos
que tanto necesita la sociedad,
empezando, claro,
por nosotros mismos.

Es, lo nuestro, lo mejor,
y no sencillamente por serlo,
o puede que sí,
esto es, por su no complicación,
sino en todo caso
por sus escasas pretensiones de triunfo,
que, no obstante, tienen,
tenemos, tendremos.


Historia

Nos armamos
de valor, de genio,
para vivir
en la paz
que nos hace grandes.

Los escenarios
se alían, se unen,
para avanzar
desde el diálogo.

Meditamos y mediamos
con frecuentes intereses
que nos llevan
a la ilusión perfecta.

Hemos aprendido.
Nos coordinamos para tocar
las bases
de unas leyendas
que nos hacen realidades
más que solventes.

Nos estimamos.
Damos con la historia,
con sus guiños.
Nos transmitimos
elegancia y calma
para superar los envites
de la existencia.

Nos postulamos
desde la aquiescencia
que nos previene.
Nos concedemos lo mejor.

Respetamos
los fundamentos de una relación
que nos pone a prueba.
Saldamos las cuentas.
Aquí es posible
con naturalidad, con futuro.

Podemos amar,
y aquí amamos.
Iniciamos una historia.

Ya sabes…
valor, genio, vivir.


Hemos despertado

Me despierto,
y palpo el milagro
de la Creación.


Me río:
siempre has estado ahí, estás,
pero es ahora cuando contemplo
lo afortunado que soy.
Todo aparece igual,
mas se advierte diferente.

Nos disfrutamos
en ese comienzo que es unión,
que nos alivia
de tensiones y silencios,
de soledades e imperfecciones
mientras nos elevamos
al Cielo de los mil dioses.

Me has despertado
en el doble sentido,
y con esa óptica oteo
la realidad presente,
hermosa, plena, con la bondad
de una relación que distingue
los mejores pasos,
ya dados.

Volvemos a tomar
el camino del fin,
que se esfuerza por llegar
donde queremos, que es mucho.

Amanecemos
con los brazos entrelazados,
con las pieles confundidas
la una con la otra,
con los sueños
en singular:
ya son sólo uno.

Hemos divisado la aurora,
y, tras ponerle nombre,
le regalamos hechos.

Sí, he despertado,
hemos despertado.



Milagro

Me encanta tu mirada,
tu dulzura,
ese regalo que me ensalza
hasta el comienzo del camino,
donde empiezo de cero
y me salvo.
La madre siempre adivina.

He aprendido
de lo que me cuentas,
de lo que sugieres,
de lo que me lleva
a ese ciclo que pregona
solvencias y soluciones
hasta dar con la calma justa.
Aportas plenitud.

Me agrada
lo que dices, que infiero,
lo que callas,
esos anhelos que compartes.
Me honro de aprender de ti
en un escenario multiplicado
desde hace siglos.

Hemos consolidado vivencias,
y con ellas nos somos
en la honra y la honestidad
de saborear cada día
el mejor partido.

Me impulsas cuando te admiro,
y sonrío por el don
de estar juntos,
siempre bien hallados.

Es un milagro,
y me encanta.



Disciplina

La vida es experiencia. No descubrimos nada nuevo. Hemos de intentar converger el conocimiento con los hechos de modo que se produzca lo que llamamos coherencia.

Ha de darse un emparejamiento entre lo que somos, lo que decimos ser y lo que demostramos con los quehaceres cotidianos. No es sencillo, pero conviene disciplinarse para salir adelante un día sí y otro también.



La entrevista

Me topo con una entrevista por televisión. No sé de cuándo es, pero lo cierto es que me sabe a eterna. Lo que dice el invitado es válido en todo instante, en cualquier etapa.

Habla de valores, de buena alimentación, de tiempo para uno mismo, de coraje, de objetar a los malvados, que crecen, según refiere, gracias a los silencios y a las tolerancias mal entendidas.

Le gusta, a nuestro protagonista, sacar partido a lo óptimo de cada lugar, de todas las gentes. Reacciona, indica, ante la adversidad y cree en la felicidad. Todos coincidimos en las conveniencias de estas palabras, que, como glosa estupendamente, se sustentan en la acción.

Subraya que se vuelca con los débiles. Rememora que es un derecho y un deber constitucional. Tiene mucho porque cree que la clave está en la Humanidad. Busca y encuentra. Afirma estar preparado.

La fe en él, como en todos, mueve lo más pesado. Reitera, recurre, persevera, no alberga miedo, al menos no como un referente que domine.

Tiene sensibilidad. Trabaja la logística para avanzar. Reúne un compendio necesario para afrontar balances y pugnas existenciales. Es, indudablemente, una clave de éxito. Por eso me grabo la entrevista, con el fin de escucharle de vez en cuando. Seguro que iré percibiendo más matices.



Amigos y maestros, esencias de la vida

Escuchaba el otro día en la radio que la vida es eso que pasa mientras hacemos planes. Por eso, quizás, no me gusta hacerlos, aunque luego, como a todos, me encantan que salgan bien. Supongo que es la contradicción en la que vivimos la mayoría. En todo caso, sí que me complace anticiparme y diseñar un modo de existencia con el fin de desarrollar aquello en lo que creo y de intentar, en paralelo, que la felicidad nos alcance de la manera más plena posible, al menos en lo que pende de nosotros.

Igualmente, la vida, si bien no siempre la percibimos de esta guisa, es ese cúmulo de amigos, de gentes que nos quieren, que nos ayudan con sus acciones, con sus complicidades, a que todo discurra un poco, o un mucho, mejor. Junto a ellos están los maestros, pocos, que nos inculcan valores y hábitos, destrezas y aprendizajes con los que nos comunicamos y cabalgamos en singular singladura por toda clase de caminos, que hemos de procurar que sean beneficios sin hacer daño a nadie.

Suerte

Anoche decía en Cartagena que he tenido suerte, verdadera fortuna, con los compañeros de viaje. Sí que la he albergado, y aún la poseo. Como todo hijo de vecino he debido lidiar con personas poco edificantes, pero hasta en eso ha jugado fuerte el azar: se han ido poco a poco buscando alimentos inmediatos en otra parte y dejándome cada vez más libre. No se ha producido, pues, fricción, sino liberación.

Y reconozco, asimismo, mi tesoro por los maestros que me ha brindado el porvenir, que con generosidad y devoción me han ofrecido conocimientos, respeto y buen hacer. Como le decía a mi estimado Pedro, incluso en el silencio he aprendido de ellos, por lo que han ocasionado en concordancia con lo referido, por sus hábitos y composturas, por ser, fundamentalmente, buenas personas.

Con esta meditación hacia ellos, los maestros, y también sobre los amigos, comienzo el día dándoles las gracias y resaltando que, sin ellos, nada sería igual. La jornada va por vosotros. ¡Seamos dichosos!


Juan Tomás Frutos está galardonado con el escudo de oro de la Unión Nacional de Escritores de España.