Poemas de Pasión Alcaraz

Vidas ancladas

Es difícil volver la mirada, a las injusticias que manan,
de la calle y los rincones, del colchón tirado sin mantas.
Me miran el desconsuelo, de un alma perdida sin casa.
Me paro pensando en su vida, mirando la pena en su cara.
Su techo, el cielo nublado o estrellado,
sus sueños, tener otro día un bocado.
Su mente perdida en el tiempo, de un pasado más venturado.
Quisiera comprar la varita, de un hada buena hechizada,
para ponerla en el hombre, de vidas que no tienen nada.
Su esperanza y su futuro,
se quedaron con sus vidas ancladas.


Campos secos

Nubarrones de esperanza se ven a lo lejos,
ya es tiempo que el cielo llore,
sobre los campos secos, secos los campos,
como el mismo desierto,
desierto sediento, es verano eterno,
y al caer la noche cubitos de hielo.

Campos labrados, tiempo de siembra,
preparan la tierra para la cosecha.
Se marcha el verano llorando el cielo,
alegría y esperanza para el desierto.
Se empapan los campos, los campos secos,
brotando de nuevo la vida en ellos.


Eterna noche

Sin descanso y abrumada,
me devuelve a la mañana,
una noche larga y eterna,
de pensamientos sin tregua.
Hacia donde dirijo mis ojos, con la luz tan escasa,
cada noche yo me digo, sin ver nunca nada,
otra noche larga y eterna
con la luz apagada.
Y cierro mis ojos, con cierta nostalgia,
¿despertaré mañana?
me pregunto cansada
otra noche larga y eterna
de preguntas quebradas.
Quizás mañana me responda,
las luces del alba.


Perdidos en las sombras

Perdidos en un mundo irreal,
en las alas del viento que sopla,
en las sombras de una tarde de invierno,
en la noche oscura y tenebrosa.

Sólo el cuerpo responde, por inercia de otros tiempos,
el alma perdida en el aire, sin saber donde posarse.
Es un mal que nos detiene, no sabemos responderle,
y al final de su camino, encontramos sólo el abismo.
El cerebro no nos manda y nos gana la batalla,
quedamos como barco a la deriva, que ningún capitán lo guía.

Es Alzheimer, así se llama,
nuestro enemigo por la espalda,
nadie puede detenerle,
cuando elije nuestra alma.



Sólo un sueño

Y lloró mi corazón,
Como un niño desolado
Cuando pierde el calor
De esos brazos acostumbrado.

Y lloró mi corazón
Como nunca había pensado
Era tanto el dolor
Que su sangre ha derramado.

Y te busco entre las sombras
De ese sueño imaginario
Sólo encuentro soledad
Y el recuerdo de tus labios

Y te busco entre las sombras
De una noche interminable
Esperando el calor ese
De tu cuerpo al abrazarlo.

Y lloro mi corazón, sí
De alegría al despertarme
Descubrí que era un sueño
De pesadilla interminable.


Un despertar sin miedos

¿Si pudiera cambiar el mundo?
Qué palabras más fáciles de decir,
es un tópico que muchos,
nos atrevemos a repetir.
¿Quién arregla los desastres
que las guerras van dejando?
Desolación, miedo y llanto,
para los más desafortunados.
Estamos de paso en la tierra,
Lo que poseemos, lo dejamos
¿Por qué desear lo ajeno
pues por eso matamos?.
Es la avaricia del poder,
Los rencores acumulados,
Cuales destruyen el planeta,
como dueños ilegales.
Un despertar sin miedos,
Un amanecer soñando,
el planeta es mi casa
y cuidarlo mi legado.


Soledad

Es la soledad, mi soledad,
la que me acompaña
a cada paso, en silencio
pegada a mí como mi sombra
inerte, invisible para los demás, pero…
latente y viva dentro de mi ser,
sin respuestas ni porqués.
Sólo es ella, la soledad,
la que no dice nada, pero siempre está,
camuflada, escondida,
acechando mi voluntad,
esperando un porqué para hacerse notar.
tan sólo es ella, la soledad,
mi soledad.