Poema de Álvaro Cordón
iba el llanto suspendido,
en las esquinas del alma
de los ausentes perdidos.
Los árboles nada sabían
de la tristeza celeste,
que cubría la mañana
pintando rosas de lirio.
Miradas de blanca noche
interrogan, sin palabras,
en un verano, sin norte,
de lujuriantes comparsas.
Ningún signo de aguacate
en la lenta soledad,
que pasea por las calles
buscando la libertad.
Sombras de efímeras luces,
entretenidas del tiempo,
tremulan, entre las nubes...
que silencian los momentos.
Con vuelo de alondra herida,
sube a la cima del cielo,
tirando besos de agua
al sueño de los luceros.
De su poemario “Vivires”.