Poema de Fortu Bitán











EL SILENCIO

Oh tú, silencio,

verdad suprema y callada del hombre,

afirmación íntima y rotunda

de un Dios que descansa su sabático

reposo en la paz de cada conciencia.

Duerme el silencio sueños de amor

y de ternura por los serenos párpados

del alma, y esparce calmas de divinos

dogmas, y aun para el agnóstico del credo,

templanza de cálido lecho

son sus brazos.

Calla silencio, calla para ser tu

mismo, no te adulteres por mencionar

tu nombre sacro y pierdas la gracia

de tu seno maternal, ese que

envuelve los astros y las noches,

el que supiera de proyectos primigenios cuando

el principio aún era un boceto de

futuro, de vida y de tumultos,

vorágine de rezos y plegarias voceando

sus ecos al vacío, de huecas y repetidas

oraciones de espirales infinitas rompiendo

la paz de los espacios, de los misterios

siderales, que solo se dejan comprender

desde la contemplación de tus sellados

labios invisibles, Nirvana, boca silente de la

inmensa nada.

Oh silencio redentor, tu que alas

con plumas de esperanzas las

esperanzas caídas del hombre,

tu que ocultas en tu mutismo los ingrávidos

versos del poeta,

y los haces volar por el mágico cielo de la

prosa que vive latente en nosotros,

pues poemas vivos de la vida somos.

Oh silencio, acuna y mece mi alma

en tu regazo,

cántame tu nana muda y duerma yo,

entre tus brazos, mi sueño placentero y silencioso,

como el niño, silencio, como el niño.


Fortu Bitán