Finis terrae

Alguien tiene que morir-dijiste-para que el resto de nosotros

                          valoremos más la vida.

                                                                   Virginia Woolf

 

Nada se interpone entre el cuerpo en el que habito

Y el vértigo

Ni el azul distante ni la bruma

Me acerco paso a paso al borde de la tierra

Cuánto me parezco a ella,

A sus piedras grises, a su lengua sumergiéndose

En el mar, lápida fría

Un solo paso más y ya no seré quién soy

El espejo no me reconoce

¿Qué parte de mí eras tú?

Un viejo reloj de cuerdas late en mi pecho

Tengo las manos frías

No es posible volver caminando a tientas hacia atrás

Ni aun pisando mis huellas

Ante mí, el camino de aguas

-Hic sunt dracones, devorando el sol-

Así pues, el reencuentro no será

El viento se burla de mi pelo

Arrojándomelo a la cara

Como dedos hambrientos se desliza entre mis labios

Los cuerpos son fugaces, ¿recuerdas?

Una culebra pequeña se escurre entre las rocas

Como yo, cuando te hurto la mirada

Nos encontramos en el vértice del ángulo

Y partimos. La brújula rota en el bolsillo

Inspira profundamente el aire húmedo; espira

Nada hay para ti aquí; el horizonte vacío te abre los brazos.

 

                -------*****-------

 

     Finis terrae

                   

                         Alguén ten que morrer – dixiches - para que o resto de nós

                         Valoremos máis a vida.

                                                                   Virginia Woolf

 

Nada se interpón entre o corpo no que habito

E a vertixe

Nin o azul distante nin a bruma

Achégome paso a paso a borde da terra

Canto me semello a ela,

A súas pedras grises, a sua lingua mergullándose

No mar, lápida fría

Un so paso máis, e xa non serei quen son

O espello non me recoñece

Qué parte de mím eras ti?

Un vello reloxo de cordas late no meu peito

Teño as mans frías

Non é posible volver caminando a tentas cara atrás

Nin aísnda pisando as miñas pegadas

Ante mim, o camino de augas

-        Hic sunt dracones, devorando o sol –

Así pois, o rencontró non será

O vento búrlase de meu pelo

Guindándomo á cara

Como dedos famentos entre os meus beizos

Os corpos son fugaces, lembraste?

Una serpe pequeña esvárase entre as rochas

Como eu, cuando te furto a mirada

Atropámonos na vértixe do ángulo

E partimos. No compás roto no peto

Inspira profundamente o aire húmido; espir

Nada hai para ti aquí; o horizonte baleiro ábreche os brazos.

 

            ---------******---------

Elina Pereira Olmedo

En, “Ara do mar, poesía a Fisterra”, coord. Alexandre Nerium; ed multilingüe Eneida, 2021.

Y en “Aquén do mar, cantos de serea na luz da fin da terra”, Coord. Alexandre Nerium, ed Chan da pólvora, 2023.

La autora es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.