A Hipólito Romero Hidalgo

Tus manos bordan sentimientos

Tus manos bordan sentimientos

Que llegan a los corazones

Cual mixturas  sabrosas

Y milagrosas.

 

Modelas el acero con soltura

Y los vas engarzando con dulzura

Haciendo que sus formas te hablen

De inspiraciones divinas.

 

Soñador de lo imposible

En los cauces del dolor

Que a veces, haces posible

Con las flechas del amor.

 

Eres cual Rey coronado

Por la gracia de Dios

Repartiendo los dones

Que Él te dio.

 

Y también eres  mendigo

Implorando compasión

De aquellos que hacen la guerra

Y nunca piden perdón.

 

Caminas por tus calles

A veces sin salidas

Prefiriendo el vil encierro

Que sin libertad andar por tu vía.

 

Eres el rayo y el trueno

La luz y la oscuridad

El acíbar y la miel

Cuando enamorado estás.

 

Viajero impenitente

Sin mochila ni equipaje

Descalzo te adentra por la selva

Sin importarte las fieras al acecho

Que te espían.

 

Eres el mago que tiene en sus manos

La varita mágica para el hambriento

Que no tiene ni el  pan en su mesa

Como alimento.

 

Bohemio y encantador,

Vas con la lira y tus versos

De puerta en puerta

Unas veces cerradas

Y otras, abiertas.

 

Guitarra y lamento se aúnan

En tus fronteras abiertas

Para el que quiera encontrar la Paz

Y el amor en tus letras.

 

Con tus sentimientos profundos

Imposibles de igualar

Vas en busca de esos sueños

Que no lograste encontrar.

 

¿Qué te digo Hidalgo Caballero?

¡Si mi pluma no te alcanza!

Y mis musas se fugaron

A tu lado, en tu labranza.

 

Pues te diré…

Que no hagas de la muerte

El mejor de tus poemas.

Hazlo  de tu vida entera…

 

Y de la alegría que hoy sientes

Al ser galardonado por la UNE

Con la medalla de

San  Isidoro de Sevilla.

Encarna Recio Blanco