Poemas y canciones de Ana María Catalá


¿Qué es un poema?

Un poema, es un pensamiento dividido en varios versos,
cada verso es un latido, que va saltando en el pecho,
como gotitas de lluvia saltando en el pavimento.

Es un manantial de ideas,
que fluye incesantemente de una mágica fontana,
un torrente de palabras, vestida de fina holganza,
engalanadas con perlas, y de esencias perfumadas.

Un poema, es un manjar dulce, elaborado con tiento,
que enajena los sentidos,
un poema  es un suspiro de amor, alegría o duelo.

Un poema es un cantar, una ilusión, un recuerdo,
mezcla de música y rimas, cargadas de sentimientos.


No se hiere a quien se ama

(Canción)

Si quien dice que te quiere
te está haciendo padecer,
si en vez de darte su amparo
hace que le tengas miedo
atreviéndose a ofenderte
y a levantarte la mano.

Si se encela sin motivos
y tú pagas sus enfados,
¿por qué sigues a su lado?

Si él tiene la puerta abierta
para salir cuando quiera
y a ti te ata de corto
para que ni el aíre sientas,
si él puede cumplir sus sueños
y tú  ni alzar la cabeza.

Si te anula por completo
y tus valores no aprecia
¿por qué a su lado te quedas?

Estribillo

¿Es que no te quieres nada?
¿es que la vida no aprecias?
después de lo que te hace
no es posible que le quieras.

Haz sin miedo la maleta
piensa en ti y se valiente
y no malgastes tu amor
con quien no se lo merece.



Pluma incansable

Tú mi pluma incansable, me sirves de desahogo.
a través de tí derramo, mi sangre sobre los folios,
la  sangre de mis heridas, profundas y dolorosas,
que me matan poco a poco, con una larga agonía

Tú mi pluma incansable, nunca te quedas sin tinta,
y vas escribiendo en versos, las penas del alma mía.

Derramas mis sentimientos, cual ola que empuja el viento,
y vuelca su espuma blanca, al  estrellarse en la orilla.

Tú mi pluma incansable, mi apoyo, mi buena amiga,
desahogas mis pesares,  gritándolos entre líneas,
aunque no te escuche nadie.

Vas destapando las penas, que dentro llevo escondidas,
y que lloran en silencio sobre las blancas cuartillas.

Quisiera gritarlas al viento, y arrancarme las espinas,
pero me duele el orgullo que es lo único que tengo,
y solo a tí te las cuento.

Tú conoces bien mi vida, pues la escribes a diario,
sabes de mis amarguras, por no sentirme apoyada,
valorada, comprendida.

Sabes de mi soledad, de mis horas de silencio,
pues sólo a ti te lo cuento, para que en vano lo escribas.

Quién sabe, quizás un día, como suele pasar siempre,
cuando yo me haya ido,  valoren mis sacrificios,
y tengan remordimiento,
pero de qué servirá después de que yo haya muerto.

Las cosas se hacen en vida, después no sirve llorar,
las conciencias no se acallan, por rezar un Padre Nuestro.