Manuel Jesús Garnica Corbacho, poemas


Poema de la nada

“¿Y más allá?

Más allá, ¿no recuerdas?, solo la nada”.

María Zambrano.


Ya hace tiempo, pero nada,

todo sigue igual;

las sábanas en las que te perdiste,

la cama aún sin hacer,

la ropa desordenada y tirada en el suelo.

Tú me mientes, yo te escucho,

pero nada,

nada queda de entonces.

 

El tiempo sigue rebelde,

el frío invade el breve espacio

de nuestros cuerpos

con la energía que falta en tus palabras.

Las cenizas de tus cigarros permanecen

intactos en mi cenicero de cristal,

mi libro sigue paralizado

frente a los poemas que una noche escribimos.

Mi pulso, tus piernas,

mi piel, tus caricias, escondidas…

más allá de lo posible,

detrás de los recuerdos, en la nada.



Regalos insignificantes

Regalos insignificantes,

como un beso

en un momento inesperado,

o un papel escrito a las apuradas

pueden ser valorados

más que una joya.

Julio Cortázar 

 

Todos los días entre mis manos llevaba una rosa,

a veces me hacía sangrar los dedos y pensaba en por qué la

seguía llevando:

¿Piensas rendirte ahora? Por supuesto que no.

La rosa siguió, y sus espinas se clavaron

(podría decir

en mi corazón)

en mis falanges.

 

Siempre con un regalo por si me encontraba

de repente a mi alma gemela.

Ella me traía

un beso

yo le regalaba el último verso que escribí.

Joven sin alas (Ed. Mirahadas, 2022).


Monotonía de un amor

Como si fueras un faro apareces

iluminando un horizonte,

y yo, postrado, cansado en mi naufragio,

navego buscando la salida de tenerte

cuando tus labios abandonan un océano

y el mar

es la culpabilidad de un amante.

En la monotonía de sus olas encuentro el consuelo

de no escuchar a tu voz

y espero una noche de euforia, viento y arena,

para evitar encontrarme con mi corazón arrancado

por la luz de tu guía silenciada.

Cada día es igual, no ocurre nada en esta infinitud de agua

hasta que tú, de nuevo, tomas las riendas de tu alma

y vuelvas al lugar

donde nos besamos,

y ahí, entonces, aparcas la distancia de nuestros cuerpos

para despedirse con un simple adiós.


Manuel Jesús Garnica Corbacho es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.