Negra noche


Poema de Eulogio Gavela

La negra noche siempre nos acuna
meciéndonos despacio, lentamente,
con la sabiduría consecuente
que le da la coqueta luz de Luna;

reflejar las estrellas una a una,
en un halo de amor, en esa mente,
como si fuera un soplo evanescente
cual caricias de arena en una duna.

Dime aire, como quieres mi destino;
si muy duro o tal vez  desosegado
dejándome la parca tan marcado

que apenas ya recuerdo aquel camino.
Si lates, no renuncio a la caricia,
ya sabes que no tengo tal malicia.