Poema
de Antonio García Siles
la
temperatura corporal aumenta;
el
roce, chispa y yesca,
dinamita
y mecha.
El
sudor se evapora
tras
abrazos y gemidos
y
entre tanto fuego
el
deseo se alimenta,
toma
fuerza,
y se
erige rey absoluto
del
placer y la carne.
Fiebre
de amor,
delirio
en la sangre,
dos
enamorados,
una
sola identidad.
Universo
inquieto de percepciones.
Mortal
que busca
sentirse
un dios.