Poema de Isabel Oliver













ABRAZAME

Soy página no escrita en una historia:

la de rosas y vino, nata y fresas.

No hubo para mí ramo de flores.

Llovía demasiado en mi tejado.


Me duele el dolor de haber parido

los ojos, la mirada, mi lenguaje;

el nudo en la garganta que me aprieta,

y el eslabón que nunca me libera.


Las trompetas te anuncian victorioso.

Acabo de nacer, y soy crisálida

luchando contra el viento huracanado,

para ser mariposa en tu regazo.


Queda un poco de amor tras la derrota.

¿Quieres que levantemos un imperio?

Mi activo es mi equipaje a ningún sitio.

Si te quedas, yo vivo entre tus brazos.


Deja tu arma de lucha en el rincón;

no necesitas tu escudo conmigo.

Desnuda a ti me ofrezco y mis principios,

mueren en este instante de la entrega.


Hay luz en el combate del ocaso:

Que el escuadrón del viento no se lleve

la lira que acompaña a los te quieros.

Miremos al amanecer del beso.


Abrázame. Mi talle es de junco

y no se romperá en la escollera.

Septiembre se sumerge en el otoño;

nos queda todo el tiempo del invierno.


Hay una sombra aquí, junto a mis besos.

Resguárdate y toma vino fresco,

que ya ha tañido la última campana

en el gran campanario de los ecos.


¿No ves que nace fuego de mis venas?

La vida es un compás en el delirio.

Abrázame. Que no se escape el tiempo

que a la legalidad hemos robado.


Abrázame. No dejes que me vaya.

Soy la última mujer, la del retorno.

La que vivió en tus sueños sin un rostro

y sembró para ti luces y sombras.


Soy quien viajó buscando la ternura

y se curtió en lo hondo, por la apuesta.

Me perdono a mí misma por mi daño.

¡El norte es una estrella tan preciada!


Soy yo, la que te venda las heridas

y cuelga cicatrices en un clavo.

Soy yo, la que cogida de tu mano

se columpia en tu sombra hasta el abrazo.


Soy beso diluido en la caricia.

Soy laberinto angosto y misterioso.

Soy Eva que ha mordido la manzana;

pero soy yo, irrepetible y te amo.


Abrázame. Que empiezo a sentir celos

del alba luminosa y transparente.

Abrázame. Que quiero echar raíces,

y ser árbol frondoso de tu cielo.


Isabel Oliver

(De su libro Veinte años de poesía).

Composición endecasílaba.