La luz (Cuento inacabado)
Llegó una luz fuerte,
penetrante, que invadió
la choza.
El niño bostezó a su contacto,
y soñoliento se desperezó.
¡Qué hermoso día exclamó!
quiero viajar, ver mundo,
hacer amigos…
¡estoy tan solo!
cogeré mi gorra y
mi zurrón.
Los cogió a toda prisa
y salió.
Sus ojos brillaron al contacto
del sol, su pelo se volvió rubio
y su tez se iluminó;
sonriente comenzó a caminar…
siguió un senderito estrecho,
todo él iluminado de resplandor.
¡Qué bonita es la tierra!
¡Que bonito es el sol!
exclamó en alta voz;
un jilguerillo al oírle
para contestarle también cantó.
Siguió caminando, contempló:
los árboles, las flores, las plantas,
todo, todo relucía al contacto del sol.
Después de un largo caminar,
mi pequeño se tumbó en la tierra
para descansar y rápidamente se durmió.
Y…ahora sigue tú mi cuento.
¿Qué encontró después?
¿Dónde fue? ¿Qué pasó?
Yo no lo sé, sólo sé, que
mi niño estaba enamorado
de la tierra y del sol;
que quería encontrar amigos,
esa era su mayor ilusión;
y deseaba dar y recibir amor,
mucho amor.
La vida si tenemos un alma grande, es como un cuento
bonito, si nos dejamos iluminar
por el calor de Dios.
¿Te gustó mi cuento?
Vívelo.
Suspiras
Suspiras, suspiras hondo…
¿Por qué mi niña? ¿Por qué?
¿Deseas grandes cosas
y no las consigues?
¿Tienes cosidos a la tierra tus pies?
No te aflijas, Dios ve tus sueños,
tus deseos de hacer el bien…
y te bendice amoroso.
No suspires más, él lucha contigo
y te dará lo que anhelas.
Es un padre fiel.
Pilar Baixeras