El hombre que ha perdido su acento (Parábola contemporánea)

La acción se desarrolla en un Estado ”democrático”.
En claroscuro, algunos escritorios y unos funcionarios típicos por su vestuario.

Personajes: 1. CIUDADANO- HOMBRE
                   2. AGENTE
                   3. JUEZ
                   4. FUNCIONARIO
                   5. HISTORIADOR
             
CIUDADANO (A la luz de los reflectores, dirigiéndose a un público universal): ¡Señoras y señores/ Señores y señoras! Y a la inversa.
                Quiero decirles que este mundo cuenta con dos tipos de juegos: primeros juegos y segundos juegos. Los primeros se perciben, los segundos no se perciben. Los postreros pertenecen a la imaginación. Lo que va a seguir pertenece exclusivamente a la imaginación. Es decir, es un segundo juego. Por lo tanto, los personajes y los acontecimientos y sobre todo, sus ideas nada tienen que ver con la realidad. Y, si por acaso, habrá quien piense de otro modo, es libre hacerlo. La libertad de la creencia y la libertad de la imaginación son derechos garantizados a cualquiera.
              Al fin y al cabo, Uds. pueden creer lo que quieran, o no creer nada. O, a lo mejor adivinan Uds. quién se esconde detrás de las máscaras de los personajes. (El escenario se llena de luz  y se pueden ver los escritorios de los funcionarios absortos en su quehacer.)


CUADRO PRIMERO

El hombre que ha perdido su acento



CIUDADANO(dirigiéndose a los de los escritorios): ¡Señores, señoras! ¡Horas, segundos! Es grave...
FUNCIONARIO (aburrido): ¿Cómo ?
CIUDADANO (respetuoso): Perdí mi acento.         
AGENTE (alzándo él  también su cabeza, igual de aburrido): ¿A cuál de ellos?
CIUDADANO (con esperanza) : A todos: agudo, grave, circunflejo...
AGENTE (sospechoso y aun más interesado):  ¿La cedila y el apóstrofo también?
CIUDADANO (confiado): Claro que sí, la cedila y el apóstrofo también y todos los signos supraliterales.
HISTORIADOR ( dejando de escribir, pero bastante aburrido):Ay, todos los acentos... Eso sí que es grave.
      JUEZ (aburrido y escarbándose en dientes):Está claro...
CIUDADANO: Es dramático, ¿verdad?
AGENTE : Ya veremos...
HISTORIADOR (filosofícamente): Esto es un problema. Habrá que consignar en la historia :” El hombre...”
AGENTE :... número 1
HISTORIADOR: ”El hombre número 1 ha perdido sus acentos...”
CIUDADANO: Pero no soy yo el hombre número 1..., mi nombre es...
HISTORIADOR: (le hace señas que se calle) -...
AGENTE: Todos deben tener un número.
 HISTORIADOR (considerado, le ofrece una explicación:) En  historia, los nombres de los ciudadanos no importan, los que importan son los números... Por lo consiguiente, ” hoy, el día..., la fecha..., el año, la hora, el minuto, el segundo...” Para que entienda  más tarde.
CIUDADANO: ¿Quién?
HISTORIADOR: La historia.
JUEZ: La opinión pública.
AGENTE: El pueblo.
CIUDADANO: ¿Cuál pueblo?
AGENTE : ¡Nosotros!
FUNCIONARIO: ¡Nosotros!
JUEZ: ¡Nosotros!
HISTORIADOR (escribiendo con tranquilidad  y aburrimiento, silabando):¡Nosotros so-mos el pu-e-blo!
CIUDADANO (sorprendido): ¿Qué pueblo?
FUNCIONARIO (engreído de sí mismo): ¡El que existe!
CIUDADANO: (asombrado): ¿Para qué?
HISTORIADOR ( orgulloso de la importancia de su propia inteligencia): ¿Cómo para qué? ¿Para qué?... para... ¿Para qué existimos nosotros, el pueblo? (Se desorienta. Empieza a mirar hacia los demás funcionarios). Éste es el verdadero problema... No nos han enseñado... (hacia el AGENTE) Señor Agente... ¿para qué?...
AGENTE (inteligente como todos los agentes): Para escala...
CIUDADANO(confundido): ¿Escala?
FUNCIONARIO(aclarado): La vida es una escala.
HISTORIADOR:(aclarado él también): Esto no es un problema. Vosotros existís para. escala...
JUEZ: ...Justicia.
AGENTE: Para  Servicios...
HISTORIADOR: Para libros...
FUNCIONARIO: Para  poetas.
HISTORIADOR: Para enfermedades. Vosotros existís para morir...
JUEZ: ...para estar condenados...
HISTORIADOR: Para las grandes y las exaltadoras tragedias. (Extasiado por su propio pensamiento) ¡Ay!, queda claro. Es magnífico. ¡Fijáos!, es magnífico vivir para filósofos, agentes, jueces, y poetas.
CIUDADANO ( sospechoso, sintiéndose amenazado):- Es realidad o estoy mirando a través de un calidoscopio de pesonajes.
HISTORIADOR: ¡Es magnífico vivir para morir!
AGENTE: Con o sin acentos.
JUEZ: ¡No! Categóricamente no. No está permitido morir sin acentos. Por el momento, en el nombre de la Ley, yo os condeno a que no muráis faltos de  acentos. Viviréis hasta que se encuentren los acentos. ¡En el nombre de la Ley Dixit!
CIUDADANO: Recurriré.
HISTORIADOR: Por supuesto, un recurso. Es un gesto democrático.
(Empezando desde este momento nadie vuelve a hacerle caso al CIUDADANO. Los Funcionarios tienen un problema que debatir).
FUNCIONARIO: Es un acto democrático.
JUEZ: Es un derecho democrático.
AGENTE: Es un acto, un gesto y un derecho democrático.
HISTORIADOR (consignando): ”La búsqueda de los acentos perdidos es un derecho democrático.”
AGENTE: Ya veremos.
HISTORIADOR (dirigiéndose a los demás):  Dejad de bromear con este asunto. Es algo grave.
JUEZ (irritado) : ¿Quién ha bromeado? Yo, el pueblo, soy siempre grave. ¿Quién está para bromas, precisamente ahora cuando ha surgido el problema de los acentos perdidos? Un individuo, un pueblo que  ha perdido sus acentos on dit qu il n-existe pas.
AGENTE: Qui  dit cela?
FUNCIONARIO : No se sabe. Pero así se dice.
AGENTE: Tenemos que saber, que descubrir quién y qué dice. Para la seguridad del Estado.
FUNCIONARIO: Y, ¿ para qué más nos interesa? Lo importante es la verdad.
AGENTE: Mi oficina no trabaja con verdades, sino con autores.
CIUDADANO: Y con el autor ¿ para qué?
AGENTE: Para que lo identifiquemos y que averigüemos.
CIUDADANO: ¿Qué?
AGENTE: De quién se enteró.
CIUDADANO: ¿ De qué?
AGENTE:  De la verdad...
CIUDADANO: ¿ Qué verdad?
AGENTE: La que se conoce.
HISTORIADOR: O que se desconoce.
FUNCIONARIO ( confuso): ¿ Es la verdad  algo oculto o algo flamboyant?
AGENTE: Ya veremos.
JUEZ (escéptico): Con tal de que lo encontremos.
AGENTE: Esto no importa. Lo importante es que sabe algo.
JUEZ: El pueblo no debe saber más de lo que hay que saber.
CIUDADANO:  Y, ¿qué hay que saber?
JUEZ: Lo que se le dicen.
FUNCIONARIO: Aumenta el presupuesto.
JUEZ: Por supueesto, aumenta el presupuesto.
AGENTE: Me saca de la siesta.
JUEZ  y FUNCIONARIO ( a la vez): Que sí, nos saca de la siesta. (El JUEZ le hace una seña al AGENTE.)
CIUDADANO: Pero, ¿qué está pasando?... ¿ Qué estoy haciendo yo aquí? ¿ Yo aumento el presupuesto? ¿ Y os saco de siesta? ¿Con qué derecho...? (Un rayo láser en su frente. un disparo anónimo. El hombre número 1 se cae. Los Funcionarios, tranquilos e igual de aburridos, vuelven a preocuparse de su quehacer. La luz se reduce. Se le arrastra al CIUDADANO detrás de un escritorio.)
    FUNCIONARIO: ¿Quién sigue?



CUADRO SEGUNDO

El acento que  ha perdido a su hombre
(Delante de los escritorios, los mismos Funcionarios aburridos. Detrás de un escritorio se puede ver al CIUDADANO tendido, muerto.

ACENTO: (entrando de un lado,  deferente y tímidamente e intentando  hacerse observado por los funcionarios): - ¡Buenos días!... ¡Buenas noches!... Señoras y Señores... Discúlpenme... Perdón... ¿Estoy molestando?... Bonjour... Pardon...
FUNCIONARIO (aburrido): ¿Quién es Usted?
ACENTO: ¿Yo? Yo soy el acento...
FUNCIONARIO: ¿ Perdón?...
ACENTO: J’ai dit que je suis l’accent.
AGENTE: (interesado y clandestino como un verdadero agente): ¿El acento?
ACENTO: Oui, l’ accent.
FUNCIONARIO: No, mon ami, estás equivocado. Aquí eres solamente un hôte.
ACENTO: ¿Un hôte?
FUNCIONARIO: Sí. Todos los que entran aquí son nada más que unos huéspedes. ¿Está claro?
ACENTO: De acuerdo. Si así decís vosotros.
FUNCIONARIO: Voila! ¿Y cuál es el problema?
ACENTO: He perdido a mi hombre.
AGENTE: ¿A qué hombre?
ACENTO: Al propietario.
AGENTE: ¿De quién?
ACENTO: El mío, del acento.
AGENTE: ¿Cuál acento?
ACENTO: Agundo, grave, circunflejo..., todos.
FUNCIONARIO: ¿Quién reclama?
ACENTO: Yo.
FUNCIONARIO: ¿Quién eres tú?
ACENTO: Os he dicho ya... Los acentos.
AGENTE (desconfiado, como cualquier agente que se respeta a sí mismo): Tú eres todos los acentos...
ACENTO: ¡ Mirad! (se inclina hacia la derecha) el acento agudo; (hacia la izquierda) el acento grave (con los brazos hacia abajo) el acento circunflejo...
AGENTE(aclarado e inteligente): ¡Ah, ya!... Triple identidad...
ACENTO: ¿ Perdón?
HISTORIADOR:  Es grave...
JUEZ: ¡Claro que lo es! Es un caso muy grave.
AGENTE: ¡Extremadamente grave!
ACENTO: ¿ El hecho de que he perdido a mi hombre, es decir, al propietario?
FUNCIONARIO: No al hombre. Él está feliz...
JUEZ (feliz):  Ahora está en el outre-ciel.
FUNCIONARIO: Está feliz. No siente más el frío, no siente más el hambre, tampoco la sed.
JUEZ: Tampoco la sed (bebe acompasadamente de un vaso ). Está feliz.
ACENTO: Y conmigo, ¿cómo queda?
FUNCIONARIO: ¡Ah, sigues todavía aquí? ¿Contigo? Pues, es grave..
JUEZ: Muy grave.
AGENTE: ¡Triple identidad!
ACENTO: ¿Y eso?
AGENTE: ¡Fresser!
ACENTO: ¿Pardon?.
AGENTE: J’ai dit: Fraisser!
ACENTO: ¿ Qué debería yo entender?
 FUNCIONARIO ( sin color alguno): Lo que quieras.
HISTORIADOR (considerado): Estarás condenado.
ACENTO: ¿Y eso?
JUEZ (que se quedó callado por un tiempo, lleno de la gravedad de su función): Porque éste es mi destino, condenar.
ACENTO: Tengo el derecho a defenderme... Ayer me encontraba en las palabras de un texto de la Constitución y allá está escrito que... la Ley...
JUEZ: ¡La Ley soy yo!
ACENTO: Tengo el derecho...
FUNCIONARIO: Nosotros todos tenemos derechos...
JUEZ: Todos tenemos derechos, pero yo tengo además el deber de condenar. Es para esto que me paga el Estado. (Hacia el AGENTE) Haz el informe.
ACENTO: Pero yo soy un pobre acento, no podéis condenar un acento.
FUNCIONARIO: Nosotros tenemos el poder de  hacer cualquier cosa.
JUEZ: Nosotros somos la Ley.                                               
HISTORIADOR: Nosotros somos el pueblo.
JUEZ: Condenamos cualquier cosa, cuando la culpa es obvia.
ACENTO: Pero es absurdo. No puede ser. Nadie puede sin acentos.
FUNCIONARIO: ¿Por qué crees esto?
ACENTO: Porque se crearan malentendidos, se mezclaran las palabras, las ideas, el mundo... Todo sería confuso.
HISTORIADOR (escribiendo):
 ” Estimado Señor Presidente, Estimado Señor Primer-Ministro, Honrado Parlamento:
Con todo nuestro orgullo y nuestra humildad como sometidos y entregados servidores de nuestro venerado sistema democrático, les informamos que se han consumido cuatro balas para la ejecución de los cuatro enemigos de Nuestro Ilustre Sistema: el Hombre, el Acento grave, el Acento agudo y el Acento Circunflejo.”
Su sometido Sistema Burocrático
                                        
      ACENTO: Queréis decir que...
FUNCIONARIO: Nosotros  no decimos...
HISTORIADOR: La historia dice .
AGENTE:... Nosotros hacemos.
      JUEZ:   Fraisser, mon ami!
     ACENTO ( Se oye la primera bala. El ACENTO se inclina hacia la derecha): ¡Agudo!... –( la segunda bala; el ACENTO se inclina hacia la izquierda) ¡Grave!... – ( la tercera bala) ¡Circunflejo!... (Se inclina hacia delante y se cae lentamente).
    HISTORIADOR (consignando):  ” La historia es siempre fría pero imparcial...”
    FUNCIONARIO: ¿ Quién sigue?

La luz se va apagando.

Autor: Octavian Mircea Nestor