Marisol Núñez Blanco, poemas

El tedio

Los días pasan lentos, silenciosos

las horas del reloj, parecen no salir

arrastro mi vida como un peso enojoso

tiro yo de ella, más que ella de mi.

 

Se ralentiza rodo como en un mal sueño

viscosos los minutos se niegan a pasar

solidifica el tiempo, pegado y cenagoso

cayendo gota a gota, impasible, tenaz.

 

Nubes negras, erráticas preñadas

de negras gotas de desolación

cubren el cielo hasta que lo tapan

dejando el aire cargado de presión

 

Me ahogo en esta vida que me toca

sobrevivir, que no vivir es esto

el tedio que me agota, que me espanta

se ha vuelto sin querer mi compañero.


Tus ojos

La primera vez que te mire a los ojos,

mis sentidos saltaron alarmados

mi cabeza me dijo: “¡Ten cuidado!

sabes de sobra que esto es peligroso”

 

Durante meses intente ignorarte,

poner tierra por medio, no llamarte

mas el destino actúa independiente

y de nada me sirvió el ignorarte

 

Entraste en mi vida despacito,

te hiciste un hueco, sin notarlo apenas

para luego ocupar más y más sitio

me ayudaste a olvidar pasadas penas.

 

Ahora eres parte de mi cuerpo y vida,

no sé por cuanto tiempo, yo no escojo

solo sé que me gusta lo que siento

cada vez que me miras a los ojos.


Deseo

Disfruto el peligro de tenerte,

me gusta este filo de navaja,

me encanta jugar a lo prohibido.

No me cansa

 

Gozo cada minuto de pecado,

que pasamos los dos bajo la sábana,

tentando a la suerte cada día.

No me sacia

 

Adoro el aroma de tu piel desnuda,

cuando amanecemos con el alba,

exhaustos ya de placeres infinitos.

No me harta

 

No me cansa disfrutarte cada día,

no me sacia agotarme de tu cuerpo,

no me empachan los besos de tu boca,

Te deseo.


Mi vida

Nací para sin duda acompañarte

para llenar de cariño tus mañanas

para apoyarte siempre a todas horas

para secar con mi calor tus lágrimas

 

Nací para sin duda alborotarte

para que no te aburras en los largos días

para conseguir en todos tus momentos

esas pequeñas-grandes dosis de alegría

 

Nací para ayudar a concentrarte

empujarte a que subas en la vida

y sostenerte, cuando, si flojeas

necesitas un andamio que resista

 

Nací sin duda alguna para amarte

y eso es lo que intento hacer, mi vida

bruta a veces, otras desconcertante

pero siempre a tu lado mientras viva.