De otros diluvios oigo
una paloma
Giusseppe Ungaretti
Sobre estas aguas nada interrumpe el horizonte
¿Qué hacía allí? Me
preguntaba yo maravillada
Cuarenta días y cuarenta noches marcadas a uña en la pared
Edición en rústica
entre los grandes tomos de medicina
Envuelto en cierto tufo polvoriento
De una librería
minúscula y a punto de cerrar
Aquí dentro a la deriva entre la noche y el día acumulando soledades
¿Qué hacía yo allí? ¿A
qué dios voraz debía el sacrificio?
Ningún puerto al que arribar ninguna roca o rama solitaria
Salvo este viejo libro
de poesía italiana pequeño y gris
El tamaño apenas
suficiente para el tacto de una mano
No hay sonidos como no sea el chapaleo de las aguas contra el casco
El suave susurro de
sus páginas en mis dedos
Y nosotros
Nada más al acecho nada a la espera
Nada
Más que la interminable deriva de los días y las noches
Y entre incesantes mensajes que buscan aproximar el temblor
Esparcir serena mirada o un grito humano desconcertado ante su miedo
Desde un olvidado anaquel asoman
Sus tapas carcomidas
Y, entonces, de otros diluvios oigo una paloma
Robledo de Chavela, 17 de abril de 2020
Con la
lluvia, vendré
Del océano
profundo, desenvolviendo el oleaje
Vendré
De
aquel susurro de las raíces en la noche
Desde las
calles de asfalto congelado
Vendré
atravesando alcantarillas
Los túneles
del deseo abrirán compuertas ignoradas
Y vendré
A llenar tus
pozos de luces saltarinas
Desplegando
un abanico en cada fuente
Lamiendo tus
pies cansados del golpeteo monótono
Del gris de
las aceras
Me extenderé
sobre tu cuerpo sediento
Dejaré mi
inocente sudor hacerse fértil
Excavando
los terrones que te cubren
Me haré
tierra en ti
Para re-encontrar
mi alma
Robledo de Chavela, 22 de abril de 2022