Aún resisten las rosas
Decidme, ¡ay¡, si es verdad que ya no quedan
primaveras; contadme, por favor, si todavía
exíste la patria, o un niño soñando el futuro.
Venid y habladme sin prisas y sin lágrimas si
suenan los versos del Ausente, o se escuchan
las notas del Cara al sol que un día los poetas
nos dejaron aquí, como el tesoro a guardar;
¡contadme, sí¡, que aun viven camaradas que
arriban sus ojos hacia el cielo mahón, donde
habitan luceros, y el espacio parece infinito
o se convierte en tu propio hogar, para no ser
nunca olvidados y estar contigo en el tiempo.
Cantadme muy cerca , aquellas canciones de
Jóvenes escritas con poemas de amor, versos
serenos que nacen desde el fondo del alma.
Gritad, ¡Dios mío¡ que aun resisten las rosas,
Pero todo lo que digo, ¿sería posible, o solo
eran los bellos deseos de un pobre ingenuo?
Después del COVID 19. Lamentos y alegría
I
Para cuando nosotros regresemos, te
daré un abrazo, amigo y compañero,
podré decir, ¿Hola, cómo estás? Y al
momento, preguntarte por los tuyos,
aplaudir de corazón tu buen aspecto,
y saber si has leído el último poema
que te envié por email.
O qué has hecho en estos largos días
que sufríamos estando confinados;
cuándo volvamos, cuándo volvamos
a la misma rutina del trabajo diario,
a las amables palabras que ya vuelan
en sinceras y cálidas conversaciones,
iremos después al café de la esquina
y saludaré muy feliz al fiel camarero,
al noble y honesto amigo de siempre,
aquel Juan sin nombre, cómplice de
tantas confidencias compartidas, que
vivió la derrota de la trampa del Covid.
II
Hablaríamos también de ese extraño
juego de prometernos solo la verdad,
para ser diferentes en este universo
que aun nos enerva.
Habría que mirarnos de otra manera,
sin recelos en el rostro, ni miedos por
decirnos la justa realidad de nosotros
mismos; la memoria de nuestra vida,
las ilusiones buscadas, el cáliz de una
gran aventura que hemos idealizado,
o un sueño que se desvaneció un día
de tristeza y lágrimas.
Tenemos que descubrirnos. como el
que halla el papiro de un reino clásico
de desconocidas y mágicas historias.
Dejemos atrás viejos rencores y esas
Inútiles luchas entre unos y los otros,
Acaso fumaremos la pipa de la paz, y
y juntos cantar himnos de amor.
III
Las calles volverían a ser un lugar de
encuentro, y las manos abiertas serían
siempre el signo de amistad: los puños
cerrados quedaron al olvido en todos
los hombres, que al fin son hermanos,
y este Covid19, solo removió empeños
para vivir con lo mejor de la voluntad,
que aquí nos debemos.
Fue solo una sombra oscureciendo un
tiempo de inquietudes, que solamente
la solidaridad de tantos españoles. de
Zaragoza hasta Cádiz, del Ferrol hasta
un lejano Cabo de Gata, supieron ganar
y dejarnos otras mañanas, que nada ni
nadie quisieran robarnos hoy; ya todos
hemos vencido al Covid.
IV
Y de nuevo nos vendrán otros tiempos
donde hasta el aire será más respirable.
y este cielo que ahora aparece revuelto
dejará caer su manto de suaves estrellas
que luzcan su brillo blanquísimo, en los
ojos de todos nosotros, siempre en pos
de una existencia sin traumas.
Entonces volveremos a reir, como si
hubiéramos inventado las primaveras.
Cieza, Octubre de 2020