Brunhilde Román, la obra poética que reafirma a un “indeclinable pájaro de luz”

La autora palentina, miembro de la UNEE, es profesora y traductora, y ha obtenido varios premios literarios

Brunhilde Román Ibáñez nació en Palencia donde vivió hasta los trece años. Desde entonces ha vivido en diferentes ciudades de España y en el extranjero. Desde hace ocho años reside en Madrid.

Licenciada en Filología Inglesa, Filología Hispánica y DEA en Antropología Social. Sus artículos de antropología han aparecido en diferentes publicaciones y ha dado charlas y ponencias en universidades y diferentes instituciones.

En cuanto a su trayectoria poética, ha publicado dos poemarios: "Dones del Viento" y "Animal Profundo", ha ganado premios nacionales e internacionales, entre ellos el primer premio en el certamen de poesía “Mujer, voz y lucha” en 2017, primer premio en el concurso internacional Puente de Palabras XVIII celebrado en Argentina en 2020 y el segundo premio en el concurso nacional Ciempoesía en 2023. Parte de su obra ha sido traducida a diferentes lenguas.

Ha aparecido en numerosas antologías y publicaciones y realiza actuaciones en las que combina poesía y danza. Asimismo colabora en diferentes proyectos artísticos y culturales como poeta, narradora oral, presentadora y ponente. Tiene experiencia en radio, como prologuista, coordina eventos y dirige talleres de poesía, creación, desarrollo personal y ul club de lectura sobre literatura y viajes. Compagina estas actividades con su trabajo de profesora, correctora de estilo y traductora. Ocasionalmente ha trabajado como intérprete en congresos internacionales. Actualmente está formándose como terapeuta holística de la voz.

“A veces me despierto y soy José Ángel Valente, entonces me convierto en indeclinable pájaro de luz, otras veces soy Sócrates, el que inventó a Platón, o Platón, el que inventó a Sócrates. También tengo mañanas Calamity Jane, entonces cojo el fusil y disparo a gritos, o días Anne Sexton, en que mis versos me suicidan lentamente”, asegura la poeta.

“Cuando me despierto Gandhi medito y busco la libertad para todos los seres humanos, otros días me miro en el ojo de Alexandra David-Neel y veo la majestad del Himalaya. Por las noches, como Sacerdotisa de Inanna hago el amor bajo la luna. Y me divierto. A veces soy más Fausto que Mefistófeles, más cronopio que fama, y más Chiquito que Calzada. O al revés. Y en días como este no sé quién soy pero danzo desnuda. Y lo demás carece de importancia”.