Marisol Vargas Jiménez recibe el título póstumo de Miembro de Honor de la UNEE

La Unión ha reconocido la excepcional contribución de su obra poética a las causas solidarias

La autora almeriense Marisol Vargas Jiménez, fallecida en 2016, ha sido reconocida con el título de Miembro de Honor de la Unión Nacional de Escritores de España (UNEE), por su excepcional contribución a las causas solidarias a través de la Poesía, el género principal que cultivó a lo largo de su carrera.

El nombramiento a título póstumo de la desaparecida poeta andaluza es el primero de estas características que se produce tras la aprobación hace dos años del vigente Reglamento de Honores de la UNEE, cuyo articulado permite esta posibilidad para reconocer la obra de escritores destacados ya desaparecidos.

Marisol Vargas nació en Dalias (Almería). Fue profesora de Ciencias Humanas y Diplomada en Enfermería. Poetisa desde su niñez. Solo publicó sus poemas, en proyectos solidarios.

“Lloran las amapolas” es la obra que mejor refleja la poética de la autora andaluza, cuya segunda edición, presentada ya tras el fallecimiento de Vargas, destinó los beneficios a la Asociación Española contra el Cáncer.

María Jesús Recio Irigoyen, periodista de Canal Sur, destacó en el prólogo de este libro el compromiso de Marisol Vargas con “ese aire melancólico y dolorido que destilan sus versos. En la literatura encontraba un motivo de inspiración, una oda a la alegría en medio de su torbellino interior plagado de sentimientos, a veces, encontrados”.

Seguidora de Gustavo Adolfo Bécquer, su poesía es romántica, estremecedora y potente como la de Miguel Hernández. Esta obra es intimista y con cantos a las injusticias y al sufrimiento humano.

La obra póstuma de Marisol Vargas ya fue objeto de reconocimiento por el Ayuntamiento de la localidad granadina de Guadix en el primer aniversario de su fallecimiento, con la presentación del poemario en un acto al que acudió la escritora Dori Hernández Montalbán y el viudo de la autora, el también poeta y médico Fernando Yélamos.

La escritora, afincada en la albaicinera Cuesta de la Alhacaba, tiene también un perpetuo reconocimiento con la placa colocada en la fachada de la vivienda en la que residió, con la leyenda “Casa de la poetisa Marisol Vargas”.