“Ibn Arabi y el universalismo del siglo XII. Antídoto del fanatismo religioso”

José Higinio Pellicer continuó el ciclo de conferencias organizado en Murcia por la Delegación Sureste 

Continuando con la programación del 1º Ciclo Grandes de la Región de Murcia 2019, tuvo lugar el pasado 22 de Febrero la quinta de las conferencias programadas dentro del calendario de la Delegación Sureste de la UNEE.

“Ibn Arabi y el universalismo del siglo XII. Antídoto del fanatismo religioso” fue el titulo escogido por el profesor de Historia de las Religiones Cristianismo, Islamismo y Judaísmo y escritor miembro de la Unión de Escritores de España José Higinio Pellicer.

Dio comienzo el acto con unas breves palabras por parte del delegado territorial Juan A. Pellicer como viene siendo habitual quién, tras saludar y dar la bienvenida a los asistentes, presentó al conferenciante de quién resaltó su trabajo y su compromiso hacia esta propuesta no dudando que resultaría del agrado e interés del público por la relevancia y trascendencia que el legado del personaje ha supuesto para el mundo y su concepción religiosa, cediendo la palabra a continuación al ponente quién comenzó su intervención expresando su satisfacción por estar en la ciudad de Murcia siendo –comentó- dos los motivos que lo justificaban, de un lado porque le brindaban la oportunidad de hablar del Medievo, y otro porque fue en esta ciudad donde realizó sus estudios de Licenciatura en Historia, destacando que son muchos e importantes aspectos por los que se destaca la Universidad de Murcia, pero, sobre todo, por el alcance y solidez en sus estudios de Historia Medieval.

Comenzó su intervención contextualizando su exposición citando la concesión por parte de la U. Complutense de Madrid del doctorado Honoris Causa a la prestigiosa Filóloga portorriqueña Luce López-Baralt que fue la gran continuadora de los trabajos de Miguel Así Palacio, arabista español fallecido en 1944. Ella creyó y demostró –según la profesora de Literaturas Hispánicas Fanny Rubio- la existencia de una literatura secreta de los últimos musulmanes que quedaron en la España del Siglo de Oro”, tesis sostenida también por Asín Palacio.

López–Baralt –continuó- ha demostrado como nadie la influencia de los místicos sufís Ibn ‘Arabī y de Ibn al-Fāri'd' en las imágenes de los místicos españoles y, en especial, en San Juan de la Cruz. Citando al también profesor y Director académico de la Facultad de Letras de esta Universidad Pablo José Beneyto quizás uno de los máximos exponentes en España de los estudios de Ibn Arabí.

A continuación dibujó el ponente con lujo de datos y explicaciones el contexto social, político, religioso, cultural… que se vivía en la época de la Europa del siglo XII, subrayando que lo fue de tensiones y enfrentamientosla época de las Cruzadas del occidente cristiano católico contra el Oriente Ortodoxo y musulmán. Resultado, todo ello en gran medida tras el Cisma de 1054 y la ruptura consecuente. Pero también y en contraposición a lo anterior es una época de renacimiento cultural. Van a ser los años que conozcan las primeras efusiones del Gótico, la reurbanización europea, el nacimiento de las universidades, etc.

Desde un punto de vista teológico y como consecuencia de entrar las tres grandes religiones: judaísmo, cristianismo e islam, en contacto con la ciencia y la filosofía griegas, se produjo un florecimiento cultural mezcla de Renacimiento e Ilustración.

Hizo el ponente un recorrido por los distintos ámbitos de pensamiento de los distintos pensadores de la época enfatizando al respecto que estos pensadores querían vivir de un modo racional, de acuerdo con las leyes que, según ellos, gobernaban el mundo y podían captar en cualquier nivel de la realidad. Creían que el racionalismo representaba la forma de religión más avanzada. Según ellos, podía resultar insano reducir a Dios a una categoría intelectual separada y considerar la fe como una realidad aislada de los asunto s humanos. Creían que Dios era la razón en sí misma. La teología se basaba y, en gran manera, se ha basado hasta nuestros días en la concepción tradicional de la historia como teofanía.

Continuó Pellicer aportando datos y hechos que vienen a redundar y explicar lo anterior concluyendo que de todos aquellos pensamientos y formas de entender y vivir el hecho religioso, nuestro protagonista y gran místico va a ser uno de los máximos exponentes.

Se adentró a continuación en la vida de Muhyiddin Abu Abdallah Muhammad Ibn al- Arabi, apellido éste que significa “descendiente del Árabe”, llamado y reconocido como as-Saih al-Akbar, “el mayor de los maestros”. Ibn Arabi, desde su nacimiento en Murcia un caluroso mes de Julio del año 1165 hasta su muerte acaecida en Damasco en 1240.

Ibn al-Arabi, sin duda, fue uno de los mayores místicos, sino el mayor, que ha conocido el mundo musulmán. 

También y de igual modo contextualizó la ciudad de Murcia. Murcia era en aquellos momentos, un emporio lleno de actividad como la gran capital que era. Comerciantes y militares llenaban y compartían sus calles. Soldados, muchos de ellos, pertenecientes a los reinos cristianos, castellanos y aragoneses principalmente, reclutados como mercenarios y requeridos por el emir para sus planes de expansión territorial a costa de las provincias limítrofes también de cuño musulmán. 

Muy influida, sin embargo, por las ideas y costumbres cristianas y con una gran presión fiscal para el común del pueblo, sin embargo, eran aquellos días especialmente dificultosos para el estado murciano ya que combatía contra el intento del Imperio Almohade por controlar todo el espacio islámico en la Península Ibérica. Justamente al mes del nacimiento de Arabí, un imponente ejército Almohade se ponía en marcha desde Sevilla en dirección a Murcia a combatir a las tropas del emir Mardanis al que se le infligirá una impresionante derrota aquí  en la misma Vega murciana.

Hizo un recorrido por los viajes de la familia de Arabi dada la responsabilidad de alto cargo que tenía el padre, siendo en Sevilla donde el místico y filósofo (contando siete años de edad) va a recibir su formación no sólo en todas aquellas disciplinas científicas que todo hombre culto de su época debía tener, sino que también las de carácter teológico. Sería allí también donde se adentraría en la teología y en la mística sufí. Corriente ésta que ya había conocido en su seno familiar.

Siendo a continuación que, de manera breve y sencilla, expuso algunas ideas respecto del sufismo diciendo que básicamente, una interiorización de la praxis religiosa de los individuos. Un darle prioridad a la experiencia personal, íntima y privada de los individuos más allá de los deberes externos que marcaría la religión oficial. El sufismo predicaba el abandono de lo material y la unión interior, inefable, con Dios. Ideas éstas que, sin duda, iban a estar en la base ideológica de nuestro místico, tal y como lo estaban y formaban parte también de todos los místicos cristianos contemporáneos a estas fechas e, incluso posteriores como San Juan de la Cruz, Teresa de Jesús, etc.

Continuó y tras un recorrido por los años de formación de Arabi así como sus viajes (Sevilla, Túnez, Fez…) hasta su regreso a España a finales de 1198. Arabí es pues, en su treintena, un hombre culto y bien formado en jurisprudencia, gramática y retórica. Quizás se deba a esta última, la buena base de su poesía escrita en árabe dialectal.

Consecuencia –continuó Pellicer- del deterioro en las relaciones de la propia Administración almohade con el movimiento Sufi, nuestro místico va a ir cambiando de pensamiento y “recibiendo”, según sus palabras, la inspiración y el llamado para empezar un verdadero apostolado docente por otras tierras del mundo musulmán. Sería precisamente, aquí en Murcia, donde recibiría dicho llamado. Efectivamente,  a fines de  1198 antes de esa final partida de tierras peninsulares, y después de haber asistido en Córdoba a los funerales por el gran místico y filósofo Averroes, Arabí regresa a Murcia donde asistiría como alumno a las charlas de otro importante sabio de raigambre murciana: Abi Gamra. Va a ser durante esta estancia en nuestra ciudad en donde reciba el llamado y la inspiración para dirigir sus pasos hacia el Oriente islámico.

Tras un detallado recorrido de ciudades y fechas finalizó Pellicer la exposición sobre la vida de “Benharabi” el cual moriría a los 75 años dejando una obra de más de 400 libros. Su tumba, -comenta- a los pies del monte Qasiyun, aún se conserva y es lugar de peregrinación para el Islam.

Siendo a continuación que analizó la Obra y Pensamiento la cual no duda en calificar de extensa y de gran profusión. Durante más de 600 años, las obras de Arabi eran transmitidas exclusivamente de forma manuscrita. En el siglo XIX, cuando se abordó la investigación para sacar a la luz la obra de Arabi, se encontraron un total de cerca de 3.000 manuscritos que incluían 550 obras. Siendo en Egipto donde comenzaron a aparecer impresas siendo la primera Fusus al-Hikam (considerado uno de los más importantes trabajos)

Concluyó su intervención comentando que, durante décadas en este siglo XX, el mayor interés por Arabi ha estado en Occidente, pudiendo hoy encontrar mejor  disponibilidad de esa extensa obra en inglés o francés que en árabe, persa o turco. Tal vez la apertura a las ideas en esta parte del mundo ha contribuido a ello, mientras que lo contrario en los países musulmanes también han tenido el efecto contrario, de tal modo que, en estos momentos, los argumentos, belleza, disposición y majestad de los textos de nuestro poeta y místico, están conmoviendo y causando admiración en millones de personas.

Tras la charla se dio paso a un coloquio donde se abordaron aspectos relativos a la obra e influencia de nuestro protagonista a través de las preguntas formuladas.

Una interesantísima propuesta la que se pudo disfrutar de la mano experta del historiador y profesor José Higinio Pellicer, comentó el Delegado Territorial Juan A. Pellicer, quién, tras reiterar el agradecimiento a Ámbito Cultural de El Corte Inglés así como al público por su asistencia, lo invitó a la siguiente conferencia prevista.