Piel de serpiente vieja


Poema de Ana María Lorenzo
He clavado postes firmes.
Trenzado cordeles largos.
Como elefanta rompo las ataduras
y aplasto las hierbas de los caminos.
Amar no lo consigo.
Repto por mi memoria.
Recuerdos… recuerdos…

Consumidos años.
Cada día apuro serena el bebedizo
sin conocimiento del fruto,
siendo borrada del mapa.
¡Ah, piel de serpiente vieja!

Todo el mundo aprende por la “A”
y yo nací sentada en una “Z”.
Ríen los años bajando los ojos.
Hambrienta de amor sigo,
pero no en venta.
Repto por mi memoria.

Como las bestias
quisiera ser ignorante.
Vegetar donde gorjean las aves.
El pequeño mundo que poseo
acabará en la urna con mis cenizas.
¡Ah, piel de serpiente vieja!

Cual liana enmarañada con otras,
así fueron mis afectos,
con el brote en el extremo
no adherido a nada.
Sola,
cual cuerno del rinoceronte.
Repto por mi memoria.


He cocinado mi vida.
Construido la nueva balsa.
Pastora dócil de mente liberada,
muchas veces indisciplinada.
Ahora, serpiente vieja
que se quita la piel y aleja.

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