Poema de Adelaida Díaz Gálvez
De pronto me detengo,
soy portadora del pasado pero no quiero aparcar en el ayer.
Tengo encuentros que se perdieron en el tiempo
y de pronto quiero buscarlos.
Hoy me sobra todo
y ya nada me va a impedir el deseo de estar aislada.
Me apenan esos seres que sufren la tiranía del espejo.
Yo deseo ver despuntar la hierba,
la ausencia de la mañana de las estrellas.
Hablar al sol, contar las gotas de la lluvia
a modo de diminutos y luminosos cristales.
Y hablar con el que camina inquieto.
Le diré “amigo te llegó el relevo,
siéntete feliz, tienes tiempo”
Ése que muchos pagarían, ése que no tiene precio.
Agárralo a manos llenas,
repártelo, grítale a la luz del cielo
Y a esas flores que salen al encuentro.
Sonríe, estrenas mandamiento,
el de saber lo dulce del recuerdo
Lo bello que es tener el presente cargado de ilusiones y
deseos
Ése que en sobre de plata como alguna de tus canas asombrará
Y harán exclamar a otros nuevos herederos
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