Miguel Bou Piñón, poemas

Sonrisa

Sonrisa que acudes a mi rostro

para la comunicación,

Gesto que abre las puertas,

espejo del buen amor.

Si una sonrisa

conquista un corazón,

tengamos siempre dispuesta

la que es embajadora

de nuestro sentimiento.

La sonrisa llama a la amistad,

escondida en cada corazón;

medicina tenue y tenaz

de concordia y buen trato.

Saludar con sonrisa,

es decir mucho sin palabras,

vínculo que no necesita aclaracion,

lenguaje sin intérpretes.

Los ángeles

nos envian la sonrisa

que copian de Dios.

Si dulcifica el rostro

también el alma se beneficia.

Sonriamos a la esperanza,

sonriamos a la vida.

Si la sonrisa es lazo

entre hermanos y extraños,

que sea fruto

de un corazón lleno de paz

que dialoga con lo eterno,

con amor.

 

Juventud

Juventud,

primavera de la vida, 

clarín vibrante

de todos los deseos,

futuro abierto

a lo posible y hermoso.

Es el tiempo

de los sueños eternos,

la iluminación de las promesas.

¿cuánto tiempo somos jóvenes?

Siempre lo seremos.

La piel puede perder la frescura

y comenzar a apagarse

el brillo de la mirada;

pero si hemos cultivado

el espíritu,

sí hemos dejado abierta

la puerta de la imaginación,

sí nos acompaña la luz

en la búsqueda de lo nuevo,

lo bello y creador

que sigue llenando

nuestra esperanza,

es que la juventud

se ha refugiado,

en nuestra vida interior,

entrando en lo secreto

el elixir

de esta eterna primavera,

que todos llevamos dentro.

La experiencia de los años,

aliada con la inteligencia,

mantiene así, inmutable,

los rasgos

de la juventud verdadera:

inquietud, deseo de vivir,

seguir saboreando la cultura,

la amistad y el amor.

Es entonces, cuando advertimos,

que la auténtica inmortalidad,

ha entrado en nosotros

para quedarse.


Siempre tu

Cuando tu sonrisa 

en mi memoria 

se convierta en mariposas,

encontraré la paz 

que me pertenece,

que perdí 

el día de los nubarrones,

y seré fiel en la bondad,

diligente en la memoria,

firme la mirada,

sereno el corazón. 

Lucho por una aurora 

que no termine

al final de los tiempos.

Sufro 

con los dolores de parto

de la Naturaleza, 

que está gestando 

el mundo nuevo que ansío. 

La poesía será la norma,

la alegría sin fin,

el honor, la justicia 

y la entrega absoluta.

Puedo seguir soñando

que tu luz vela mi sueño,

que tu mirada

acaricia mis recuerdos

y que los pájaros 

cantan nuestro amor.

Cuando todo termine

todo comenzará.


Luna

Salí a cantarle a la Luna,

la Luna llena,

y su fulgor, a veces

frío y lejano y hoy

cálido y cercano,

cerró mi boca

y abrió mi corazón. 

Ella, espejo del amor,

comenzó a exhalar

dulces palabras amorosas, 

que un día fueron escritas

en su alma pálida, 

y ahora me devolvía,

envueltas en un silencio

tierno y callado.

Todo cambia,

cuando la Luna sonríe.

Todo es distinto

sí escuchas su voz;

como una sirena,

nos canta

un salmo ancestral

repleto de luces,

antiguos quereres vivos,

recuerdos por venir,

dulzuras olvidadas 

y gozos nuevos,

para grabarlos en el alma,

y enciende luz eterna

en la pobreza

de mi caducidad.


Encuentros conmigo


Rota la rama, que mantenía el fruto.
se estrelló mi vida, en el suelo
De mi soledad.
El frondoso árbol de la inocencia
Maduró al rozarlo el mundo
Y un estertor de agonía
Sacudió los viejos brazos
Donde maduraba mi poesía.
Cómo buscar las palabras
Que brotando en mis adentros
Nacían del alma mía?
Donde, los bellos sonidos?
Volaron como pájaros heridos,
Buscando ramas amorosas
Donde posarse
En una noche tan fría.
Ven ausencia, ven requiebro,
Que tu caudal de hermosura
Llene gozoso
Cada oscuro rincón de mi desvelo
Ven olvido, ven tormento,
Sacude las entrañas de la alegría
Y el suspiro de este lamento
Limpie el sombrío poema 
De pérdidas aleluyas,
De olvidos recordados,
De los  sufridos tormentos,
De las ausencias presentes
Y de los dulces requiebros
Que canta el corazón mío.


Temprano amor

Salta mi corazón
como un ciervo
al recordarte.
Todos los pensamientos
son camino
que me acerca a ti.
Una isla compraría
para vivir este amor,
podría acariciarte
mientras envejecen
las primaveras. 
Este querer sin saber,
este deseo querido,
precipita mi angustia
hacia el delirio.
Posible canción
que te dedico,
posible requiebro
que te envío.
Acepta mi sentimiento
sin sentido,
recoge el sueño recibido,

Piensa que amarte
es el precio
de mi audacia,
que anticipa amores,
pasiones,
corazones saciados

y risas de alborada.



Silencios

Cuando abandonas
la vociferante multitud,
llegas a un silencio,
y sin un respiro,
aparecen los gritos
de tu interior,
reclamando su sitio.

Son rotos lamentos,
sueños frustrados,
el canto del YO.

Si superas la barrera
de ese niño abandonado
que todos llevamos dentro,
naces a un nuevo silencio,
más denso,
repleto de abismos,
luces multicolores,
música muda
que te acaricia por dentro,
y de repente una voz.

Reconoces su brillo,
que te ama sin decirlo,
que te lleva sin tocarte,
el primigenio aliento vital
de donde nace tu fuerza,
fuente de tu voluntad.

Cuando penetras en ti,
amanece tu verdad,
el espejo en que te miras
el sueño real,
lugar donde inicio y luz
se recrean,
génesis de tu ser,
el primer suspiro
de tu creación,
la mansión de tu paz.



Mira, amor

Mira, amor
que de madrugada 
me despierto,
y no te veo.

Mira, amor,
cuantas sonrisas
me he perdido
en tu desvelo.

Mira, amor,
si cuando ríes,
envuelves tu rostro
en mi pañuelo.

Mira, amor,
que largos tus silencios,
que cortas mis palabras,
siempre esperando un te quiero.

Mira, amor,
y dime si está noche,
me recuerdas en tus sueños,
me miras desde tus cielos.

Y dime, amor
si mis quereres
Incienso en tu memoria
sólo son alegrías
de mi desvarío.


Mi sirena

Rotas las amarras
de mi viejo barco,
navego en el mar
De tus ojos glaucos.

Ninfa lejana
sirena cercana,
arrulla mi sueño,
mientras me embriagan
tus besos de agua.

Eres quimera,
pesadilla o fragancia 
del hondo mar,
quisiera ver tú alma
sin llorar.

Soledad de los abismos
tu morada,
de pez y mujer
tu cuerpo frío, tus entrañas.

Paloma de lo profundo
Tengo el corazón prendido
de tu sonrisa mojada;
vuelve a mis delirios
de madrugada,
ninfa lejana, sirena cercana.


Escucha

Escucha
mi abandonado corazón
y ven en el tiempo
a mi cercanía.

Si sabes leer la historia
verás cuánta soledad
siembran mis veredas,
cuánto abandono
inauguran mis dias
sin tu presencia.

La luz que posees
es el bálsamo,
la medicina del alma.

Si vienes pronto,
aún verás un corazón
vivo y palpitante,
que siempre espera
esa sonrisa que anhelo,
ese calor sanador
que llene mi vida
de una luz brillante
y acogedora.

Somos pobres seres,
que sin el amor,
la comprensión,
y el cariño,
se van desvaneciendo
en el olvido.

Ven, pues, amigo,
Tengo la puerta abierta
y la mesa preparada
y dispuesta.


Mi rosal

El rosal de mi ventana
amanece
perlado de rocío,
y con sus flores,
me regala,
como un homenaje,
la alegría
de su presencia,
cada día.

Tronco leñoso,
viejo rosal de mi infancia,
siendo niño
vino a vivir
bajo mi ventana,
y fiel, cada año,
me ofrece sus bellas rosas,
agradecido,
al amor con que lo cuido.
Son rosas de olor,
penetrante olor,
que me traslada,
a los más bellos momentos
de mi niñez,
de mi juventud,
y ahora, ya adulto,
lo contemplo y amo,
como se ama la pureza,
la constancia,
la fidelidad y lo eterno.

Quisiera,
en ese último instante
de la despedida,
que una rosa,
una rosa suya,
tímida y olorosa,
estuviese a mi lado,
dándome un adiós de amigo
un adiós de hermano.


El corazón amante amanece

El corazón amante amanece
cuando la amada
le sonríe.
No hay aura mas luminosa
que un amor correspondido.
Los hondos suspiros
que exhalan los amantes,
son música apaciguadora,
son los puentes
que unen sus almas
y así se mantienen firmes
en su historia de amor
irrepetible.
Oyen cantos
que nadie interpreta
perciben luces
que nadie enciende,
sus miradas calladas
están llenas
de palabras repetidas:
amor, amor, amor.
Son quereres
que pueden durar horas, días, años
o toda la eternidad,
pero siempre sinceros,
pletóricos y sanadores.
Un minuto de amor puede salvar una vida,
transformar una historia
y llenar de esperanza
un moribundo corazón. 



Sentirte

Quiero que este suspiro
como un requiebro,
adormezca,
la esencia de lo perdido.

Y palabras embriagadas
de rocío,
como olas gigantes
nos envuelvan
cuando anochezca
este desvarío.

Rotas las risas,
las desdentadas cordilleras
anuncian
sus versos tardíos.

Nunca llegarán
mis sueños de niño,
a guardar la luna
para el estío.

Y cuando la voz azul
de las primaveras,
nos encuentre orando
como palomas,

las miradas nos lloverán
con los besos amargos
del olvido.


Sueños

Si el amor se comprara,
vendería
la isla de mis sueños,
para conseguir
una de tus sonrisas.

Vendería mi libertad,
para que una
de tus miradas,
acariciara mi rostro,
y el aleteo
de tus pestañas,
me provocara una brisa
de extraña dulzura.

La cadencia de tu vivir,
sembraría de esperanzas,
mi corazón desolado
por tu ausencia.

Anhelo que tus manos
acaricien mi sien,
comunicándome,
la interna vibración
de tu espíritu.

Y así,
escuchando tus palabras
de cercanía,
no pronunciadas,
se convertirán
en ese bálsamo,
para curar las heridas
del corazón que te adora.


Miguel Bou Piñón es Vocal Honorario de la Unión Nacional de Escritores de España.