Rosa Ana Parra Alonso

Rosa Ana Parra Alonso nació el 17 de enero de 1986 en la ciudad de Cádiz en el seno de una familia humilde de autodidactas amantes de las artes y artistas a su vez no es de extrañar su pasión por las siete bellas artes.

Aprendió a leer y a escribir antes de lo normal. Buena estudiante. Desde que supo leer, su inquietud por aprender le hacían pasar horas ojeando libros, siendo los que contenían dibujos los menos apreciados, ya que según decía ya no se podía imaginar a los personajes.

A muy temprana edad leyó Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez. Luces de bohemia, de Ramón Valle-Inclán y casi todos los libros de García Lorca, Antonio Gala, Rafael Alberti y Antonio Machado.

La creación literaria surgió en los primeros cursos académicos, participando en diversos concursos literarios en el colegio público San Rafael, donde ganó algunos diplomas.

Como buena gaditana el flamenco estaba presente en su vida casi tanto como los libros, pasiones que eran completamente compatibles para hacer de ella una niña feliz. También destacó en atletismo y gimnasia rítmica lo que quedó apartado a la vez que cumplía años.

Tras pasar la primaria y el primer ciclo de la educación secundaria obligatoria en Cádiz, tuvo que mudarse por motivos laborales de sus padres. Vivió en: Playa Blanca (Lanzarote); Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera (provincia de Cádiz entre 2000-2002.) Estos años de cambios y situaciones extremas la llevaron a hacerse grandes preguntas, muchas de ellas sin respuestas, respuestas que no encontraría hasta que con 14 años decidió desvincularse de la religión cristiana escogiendo por primera vez "Cultura religiosa" donde planteaban y hablaban de todas las creencias del mundo. El budismo le causó gran impacto y decidió indagar sobre él, leyendo así:"Siddhartha", de Herman Hesse, fue entonces cuando encontró una manera de plantearse la vida desde el punto de vista filosófico leyendo libros como:"Tao Te King" de Lao-Tse; "Ética para Amador", "Las preguntas de la vida" de de Fernando Savater o "El mundo de Sofía" de Jostein Gaarder (entre otros.) Pero no fue hasta pasados unos años cuando le confesó a su familia que hacía años que dejó de creer en el dios cristiano para creer en la manera de vida del budismo, religión que practica con asiduidad.

Sus ganas por leer grandes obras llevó a su profesor de literatura de 3º de la ESO a proponerle el reto de leerse tres obras que según decía: si era capaz de leérselas podría leer cualquier cosa. Entre los títulos se encontraban: "Cumbres Borrascosas" de Emily Brontë. "La divina comedia" de Dante Alighieri y "El manuscrito carmesí" de Antonio Gala. No solo los leyó, sino que los entendió y debatió con su maestro sus impresiones.

Con el tiempo los grandes clásicos fueron cayendo en sus manos uno tras otro. Enamorándose de las distintas obras de Antonio Gala, su referente e inspiración al pensamiento libre. Una vez que fijaron su residencia en Logroño, donde vivió durante 13 años. Estudió un FP de Sanidad. No era lo que quería, pero tanto ajetreo la distrajo de sus deseos de ser periodista. Aunque nunca es tarde y al cumplir los 25 años accedió a la universidad donde compatibiliza el grado de Psicología con el de Lengua y literatura española.

Con 15 años escribió su primer libro, una obra inédita que tituló: "Crónicas taurinas del 2001" elaborando artículos periodísticos a partir de corridas de toros televisadas. Pasión heredada de su abuelo materno y “La noche de mi impaciencia” (Relato).

“La Vida Sin Ti”,  Su primera obra editada, fue creada a la vez que cursaba el acceso a la universidad y “Prohibido amar a Sofía” (Obra de teatro).

La artista se caracteriza por el referente histórico en el que enmarca sus obras; denunciando injusticias, dejando patente su creencia hacia la libertad y los derechos humanos. Sus protagonistas, en su mayoría mujeres, son inconformistas, que no provocadoras, capaces de asumir sus destinos con dignidad, sea cual fuere.

Su estilo intenta conservar lo bueno de cada época literaria, mimando la pureza de la lengua española en la medida en la que puede y no resulte, para los jóvenes lectores, algo "pasado de moda". Sus escritos resultan emocionantes, claros y con una fidelidad a la historia capaces de hacer dudar si sucedió o no en realidad. Para que su literatura resulte fidedigna, estudia durante meses sobre aquello que necesita saber para evitar errores que echen a perder todo el trabajo realizado. Cuidando así hasta la expresión oral de sus personajes, utilizando para ello una herramienta disponible en la RAE: "El Nuevo tesoro lexicográfico" para contrastar si la palabra empleada está encuadrada en la época sobre la que escribe.

Criada en un ambiente artístico su pasión por la pintura, la arquitectura y la historia han hecho de su persona alguien con quien compartir diversas impresiones y mantener conversaciones de lo más variopintas. Capaz de reconocer los distintos estilos en los diferentes campos del arte, comentan sus allegados que ir con ella a un museo es una experiencia de la que uno sale más sabio ya que le encanta trasmitir sus conocimientos a todo aquel que le pida opinión o consulte dudas.

Últimamente anda inmersa en la lucha por la conservación de la lengua española en las aulas.