Edith Fernández García, poemas

La casaca

No supo reaccionar.

Soltó el fusil.

Pensó: _¿Que hago aquí?_

 

Se quedó clavado en aquella temblorosa mirada.

El polvo en el rostro mostraba

los surcos que dejaron las lágrimas

que el pánico escribió sobre esa cara.

Los surcos que daban fe

de que llega un día en el que estas

se acaban,

y ya no fluyen resbalando hacia la nada;

porque no esperan nada

cuando el dolor es tan fuerte

que atraviesa la muralla del sin sentido

y se queda anclado en el alma.

Encerrado en la jaula del desconsuelo

que provoca la “sin-razón” “in_humana”.

 

Por que todos somos niños

vestidos de una madurez a veces ingrata,

esa que nos quitamos tras la puerta

cuando a solas nos vestimos

la inocencia hecha pijama.

Esa inocencia que nos arropa al acostarnos

y que acarician con sueños las sábanas.

 

Por que soñamos, y en el sueño reímos

deseando y creyendo firmemente

que la paz en el mundo

se habrá firmado por la mañana.

 

No supo reaccionar. Soltó el fusil.

Limpió una lágrima huidiza

que se paseó por su cara

y abrigó el frio de aquel niño enemigo

con la ternura de un abrazo

y la aspereza de su casaca.

Pensó:

_¡Que otros pierdan en la guerra

Yo, me regreso a casa!_


«Soy inocente… y lo sabes»

NASRÍN SOTUDÉ

«¿Qué más podéis decir de mi?

¿Qué más vais a arrojar sobre mis penas?

No escupáis vuestros rencores

ya hasta mi carne os desprecia

(148 latigazos, 38 años presa).

No más Chador, Jimar, Al mira,

ni axfixiarnos en los Burka.

Que la identidad, por no poner el Hiyab,

nadie la ponga en duda.

 

Os gritan desde todo el Mundo

que dejéis libres las conciencias,

mi camino solo espera

que la Justicia prevalezca

o tendré que maltratarme

con otra huelga de hambre seca

y tal vez ya sea la última

que mi cuerpo soportar pueda.

 

Cumplí años encerrada,

no pude soplar las velas

ni recoger premios ganados

por luchar contra las pérdidas.

 

¿De qué se me acusa ahora?

Solo quiero la Justicia para niños inocentes,

defender las garantías

de quién no tiene defensa.

Derechos fundamentales

que yo pierdo en esta cárcel,

no podrán vuestras mentiras

ni siquiera acobardarme.

 

Todos tenemos derechos

negarlo es imperdonable.

Quiero que mis hijos puedan

abrazar cada día a su madre.

Quiero abrazar a mis hijos.

Soy inocente… y lo sabes.»


Color verde esperanza

¿Que es “Grito de Mujer”? - me preguntas,

mientras clavas tu mirada

en mi mirada (no azul)…

 

“Grito de Mujer” es una Dama.

Una niña de sonrisa amplia que soñaba.

Una causa que libera y sana

cuando se desgarran las entrañas,

que solloza en las pupilas de un ocaso

y se viste de esperanza.

 

Es la voz multiplicada

que aboga por el fin de los lamentos

generados por violencias de ahora

y arcaicas.

Que hace eco en la montaña de un motivo

que encuentra hermanamiento allá por donde pasa.

 

Se unen los alientos.

Se abrazan las razas.

Se grita sobre un folio en blanco

con sangre hecha tinta en lenguas varias.

Esas causas que nos unen

en tiempos de bruma y a veces de rabia.

Que a golpes de caricias hechas verso:

remueven conciencias,

encienden voces calladas,

denuncian maltratos con la elegancia de la palabra.

 

Grito de Mujer eres tú

cuando abrazas la “Causa”.

Cuando mueves tu sentir y altruistamente trabajas

desde aquel día que Jael

le puso nombre a las lágrimas

y compartiste tus versos, tu tiempo, 

tu voz emocionada

¿hace uno, dos, cinco?

o tal vez los diez años

desde que somos “Hermanas”.

 

Se grita con el fuego de los versos que nos unen en Primaveras

mediante la palabra, tras Inviernos de nostalgia

y Otoños de refugio de Veranos que se acaban.

Se gritó por Mirabal.

Se gritó por Soraya.

Por las madres, por las niñas,

por que se termine la sin razón in-humana

y no haya más víctimas que comparar

en ninguna balanza.

 

Se grita, se griTA, se GRITA, SE GRITA!!

¿Que es “Grito de Mujer”? – me preguntas,

mientras clavas tu mirada

en mi mirada (no azul)…

 

“Grito de Mujer” es una Dama.

Una niña de sonrisa amplia que soñaba

y pintó su sueño para el Mundo

de color verde esperanza.


Playa sin nombre

Soy la playa sin nombre.
Soy la herida abierta de la noche.
Soy la pausa de una risa
que se muere en la comisura de unos labios
que se rompen: cuando lloran los silencios.

La vida es una puta con tacones
que te jode a cinco pesos el suspiro.
Te revienta los sesos con palabras de ternura
o te deja muerta en sus silencios
llenándote de dudas.

Te escupe la culpa que le sobra
en tus mejillas
o te va ruborizando con su ausencia,
una ausencia sin prisas.
Tapona tus oídos con su risa
abierta y franca
y luego, te deja secos los lamentos
que brotan de tu garganta.
No se decide a elegirte cada uno de sus días,
ni te deja marchar hacia el suicidio de tu causa.

Te aprieta la espalda con sus manos temblorosas,
rasgándote a jirones esa piel
ya putrefacta.
Te acaricia el alma con la yema de sus dedos
y deja que te pierdas
hasta que no exista un mañana.

«Reviéntame los sesos con palabras de ternura,
mas no me dejes muerta en tus silencios.
Escúpeme la culpa que te sobra: en mis mejillas,
pero no me ruborices con tu ausencia.
Tapona mis oídos con tu risa abierta y franca,
pero no me dejes secos los lamentos
que brotan de mi garganta.
Decídete a elegirme cada uno de tus días
o déjame marchar hacia el suicidio de mi causa.
Apriétame la espalda con tus manos temblorosas,
mas no rasges a jirones esta piel ya putrefacta.
Acaríciame el alma con la yema de tus dedos,

mas no dejes que me pierda
hasta que no exista un mañana».

La vida es una puta con tacones
y si no tienes cuidado:
se cobra una a una en varios plazos:
las caricias con que se alimentan
los corazones solitarios.

Dedicado a las víctimas de: personas de la «Triada oscura»,
sobre todo de «Psicópatas integrados» y
«Narcisistas de Rango Mayor»

Perteneciente al Poemario: Entre la Playa y tu Espacio


Arranqué la piel (1)

Volví sobre mis pasos.
Me encontré de nuevo.
Arranqué la piel
que me vestía de ti.
Lancé al mar tu recuerdo.

Hoy me visto con la sangre que brota de mi cuerpo.

Algún día cerrarás mis heridas
con las lágrimas de tus ojos... muertos.
Tan muertos como muerta quedó mi alma
al descubrir
la realidad que me mostraba el Universo.
La realidad de una «mentira»
que afirmaste una y otra vez
y no confesaste a su debido tiempo.

Perteneciente al Poemario: Entre la Playa y tu Espacio


Diario

Abrí la penúltima página
y dejé que las palabras resbalaran por mi pluma 
hasta el lienzo blanco de la hoja del Diario.

Y yo pregunto a quién quiera escuchar:
_¿Que razonamiento humano
realmente de peso puede y pudo permitir 
lo horrendo?_
Todos somos carne y hueso,
piel, sangre, bilis, mucosa, cerebro.
¿Cómo se puede consentir
que un ser enfermo, sádico, narciso, 
psicópata o cuerdo,
en aras de la raza, Patria, libertad 
e irónicamente: de la Paz,
y vestido de poder;
anule, aniquile, mate, viole derechos?
¿Hasta dónde llega el miedo de quienes le rodean
o las ansias de igual poder,
para justificar, aplaudir, acompañar, 
permitir tales «hazañas»
sometiendo la libertad de los de sus propios pueblos?

No se trata de colores de piel ni de guetos.
Se trata de lo que cada ser «humano» lleva dentro.

Y yo pregunto a quien quiera responder:
_¿Merece la pena en la vida
por un disfrazado ideal que no es tal: 
tu vida por la mía, mi vida por la tuya; 
justifica el fin los medios
que día a día utilizan los necios?_ 
Se terminó el Diario.
Se terminó el tiempo.



Leoncio Bueno

Fue recorriendo el poeta
la trayectoria de su camino,
antes que escritor o poeta,
quiso ser orador el niño.
Deseó partir  a Lima
con ínfulas de periodista,
con poemas bajo el brazo,
con cuadernos empapados de poesía,
con esencia que dejaba “entrever algo”.
Quería ser escritor, y sí o sí!
¡Habría de lograrlo!,
pero mientras, fue un obrero, fue un peón,
y furioso militante…
Sentenciado.

Con vocación literaria.
Con pasión recuperada,
consolaba aquel encierro
con las hermosas palabras
que fueron forjando cuadernos,
de un condenado que espera
“encontrar su voz”… cuando salga,
aunque la llamen rebuznos, pero
“son Rebuznos del alma”
por la senda
 que lo llama.
Fundó entre otras la revista: “Clara”
y como actor de cine
fue compañero de Claudia (Cardinale).

No te sientes poeta en vida, poeta.
Dices que tras la muerte
los hechos y los recuerdos,
hacen poeta al poeta
que es su poesía, la que habla.

Que riqueza Perú!
Cuán amplia literatura Peruana.
Hoy, y en vida, Poeta,
tu poesía es la que habla.
“Desposeida verdad o verdad desposeída”
es tu poesía autodidacta
de proletario que lucha,
de peón que transita en medio
de la nada.

Caracterizan a tu poesía
de violenta, tierna, lírica.
De irreverente e irónica,
y con la sociedad crítica.
Dando voz al marginado,
al campesino, al migrante,
y pese ausencia de títulos
sacados en Universidades,
la academia de la vida,
forjó tu literatura
y aquella esperanza no soñada,
en el día de hoy es premiada.

Te preceden en el Premio:
Vargas Llosa, Rivera,
Miguel Oviedo, Ronceros,
Carmen Ollé, German Belli,
de las Letras junto a Reynoso…
Compañeros.

El lugar donde naciste
predestinó tu destino.
Constancia!, Libertad!
Escudriñaste las letras
y la palabra intelectualidad,
recitando poesía y publicando
la proletariedad.

Los últimos días de la IraHijo de golondrino,
publicaste Memorias de tu desnudez, y lo hiciste Al pie del yunquePastor de truenos, con una Invasión poderosa en La guerra de las runas, emitiendo
Cantos al sol de Cieneguilla que sonaban a Rebuzno propio, mencionado
honrosamente en varios premios, para La dicha de los dinamiteros que esperan Improntus Trémulos, el andar de un Golondrino en la tierra.
Que por ti espere un poco más… el Cielo.

Cuántas dudas

Cuántas dudas
haciendo zozobrar el ánimo.
Cuántos sueños
que son hoy inalcanzados.
El recuerdo
de un semblante serio, herido.
El recuerdo,
me recuerda que recuerdo:
tu mirada,
tus palabras,
tu sonrisa…
tu inquietante quietud
tan fría.
O es indiferencia,
O timidez compartida.

Cuántas dudas
invadiendo el pensamiento.
Cuántas palabras bellas
a tu encuentro.
Cuántos cielos rotos
pululando en Universos.

¡Ven!, que sigo aquí,
esperando tus versos.
¡Ven!, que sigo aquí,
con mis brazos abiertos.
Pero ven, no te demores.
El frio congela mis huesos.
Ven!, no me abandones
a la cruel soledad
del vacío yermo…
Dame tu mano
y caminemos juntos.
Hacia donde van los sueños.



¿Por qué afligen las lágrimas mis ojos?

¿Por qué afligen las lágrimas mis ojos?
¿Por qué inundan mi rostro
con su llanto?.
Empapan cada poro que me forma
haciendo florecer
una caricia.
Son lágrimas de amor!
-contesta el alma-
Son: el llanto del querer
que ahora te inunda.
Son: la siembra madurada y recogida
del cariño que a tu corazón inflama.
Está solo el corazón y acompañado.
Está lejos y a la vez,
está cercano.

He llorado al musitar estas palabras:
-¡Os quiero tanto Padres!
Por eso os he llamado.



Aquí...

Aquí…
       En la oscuridad de esta estancia.
       En la soledad de este día.
Aquí…
       Entre la neblina del Alba.
       Entre la inocencia perdida.
Aquí…
       Escucho el rumor del viento
       que sabe a melancolía.
       Escucho como se aleja
       de mi lado la alegría.
Aquí…
       Profundas son las palabras.
       Profundo el sol que me mira.
Aquí…
       Tañen al fin las campanas.
       Brota el agua cristalina.
Aquí…
       La dura lección empieza
       y termina con la vida.
       La dura lección empieza
       y con la vida termina. 



Miré a través del hueco de la vida

Miré a través del hueco de la vida.
Una vida extraña y sin alas.
Me invadió el ánimo una bruma,
un cansancio, una estafa.

Quise gritar al aire de la mañana:
-¡No quiero ser aquí, casi nada.
Quiero perderme rápido en la noche,
quiero escapar del hada de la esperanza.
Sentir, que ya nadie me empuja
a criar odio, a sentir rabia!-

Quién pudiera ser roca, en esta vida de llanto y llama.
Quién pudiera, no ser nada.
Escapar flotando sobre el mar,
hacia la brisa libre de la soledad.
Sentir el aliento del rocío
y como el agua,
evaporar mi destino.
Quién pudiera no estar aquí, ni en esencia. Quién pudiera
no haber nacido.
Solo soy un alma prisionera de esta tristemente
Infame tierra.
Solo soy un Ente solitario que no sabe
con quién juega, ni adonde el viento la lleva.

Se me va el aroma, de mis manos,
puede que ya no quede limpio en mí,
ni un solo estrato.
Quiero salir del juego de la vida,
no ser actor de este vulgar teatro,
ni malgastar las fuerzas que me quedan
en inventar de nuevo otros actos.
Salir del lodo que me envuelve
y esfumar mi ser en el espacio.

“Quién pudiera ser niebla en esta tierra”, ¡Ay!
Quién pudiera en esta vida de llanto y llama,
quién pudiera… no ser nada.



Acusaste a ese destino, tu palabra

Acusaste a ese destino, tu palabra.
Fría gota de rocío que se escapa
tras la sombra de una tímida sonrisa.

Ya despista el sentimiento que suspira.
Y tus pasos que caminan
tan cansados!,
se desgarran por momentos
en la noche solitaria de un invierno,
que desgasta su presencia y la derrocha.

Se helaron las sonrisas de los muertos
en vida.
Se calmó la fiebre oscura
del pasado,
Y tú sigues tu camino
mientras piensas:
-que solo voy. ¿quién me hace daño?



Alguna vez pude escuchar tus palabras

Alguna vez pude escuchar tus palabras
Entre la espesa sombra del vacío.
Sentir tu abrazo cálido y feliz,
abrazarse tiernamente al mío.
Estábamos a solas con la soledad
y recogimos de cada minuto,
los pétalos de verdad
caídos al suelo mudo.

Cuando las estrellas bailan
vestidas de cielo gris,
su voz se escucha, acallada
por el viento, de un mes de Abril.

Ya el rocío cae cansado
y tímido, por decir
a las hojas de una rosa,
lo que significa su latir.

Gritaba un alma oprimida
poco antes de morir,
las memorias que en su día
el mundo no quiso oír.



Podrás quejarte de mi ausencia en tu seno

Podrás quejarte de mi ausencia en tu seno,
viento feroz.
Arrasas las ideas que intentan ser firmes
contra tu aire, frio en la mañana.
Podrá sentir la luz
que mi ceguera,
apenas deja que traspase su ilusión.
Podrán los árboles danzar
al son de este gemido.
Podrá quedarse seco un corazón.
Pero nunca apreciarás en mi destino,
que alguna vez camine sola
la razón,
al no dejar que baile entre las nubes,
la soledad que abraza mi canción.



El día que yo me muera

El día que yo me muera
que nadie me mande flores,
ni vaya a llorar mi pena
vestida con sus dolores.
El día que yo me muera
podré respirar en paz,
dejar esta perra vida
podrida por la maldad.
El día que yo me muera
me iré con mi corazón,
volando por las espesas
neblinas de la ilusión.
El día que yo me muera
que no me eche de menos,
ninguno de los que en vida
me dieron vida de perros.

El día que yo me muera
vendrán a velar mi entierro,
los cuervos ya conocidos
con caretas de sentimientos.
“El día que yo me muera,
espero estar ya
… muy lejos”.


Flor del desierto...nadie...nada

Por qué tuve que nacer donde mi vida no vale nada? Por qué tuve que ser vilipendiada?
Por qué? por qué tengo que ser apedreada? Veo los ojos de mis hijos, de mi familia adorada. Les obligan a lanzar la primera
a su madre… que grita… aterrada!
No comprendo el sin sentir de la opresión,
no sé porque soy mancillada! Tal vez en otra vida al ser mujer, sea valorada.

Ya recibo la primera… me ha dado en toda la cara. La segunda… la tercera. Cuántas serán soportadas antes de que caiga rota, reventada
sobre la calle teñida de rojo… ensangrentada. Qué sin sentir!, qué locura!,
si yo no hice al fin nada. Solo lo que un “buen marido”
necesita para con otra… estorbaba.

Si hay un Dios, Alá, Jehová, al fín, que más dá como se llama.
No creo que en su concebir
a la mujer, la quiera así tratada.

Me voy nublando entre gritos, entre piedras y palabras. Palabras mudas que sufren en las lágrimas nubladas

de a los que van obligando,
Y de a los que no obligan a nada.

Me voy… me desangro por dentro. Ya no me queda ni rabia.
Hay viene para mí… la última la que me dejará callada,
las demás ya, ni las sentiré.
Las demás, como yo… no serán “nada”.

(De la antología Grito de Mujer-Flores del Desierto)



Te verá en las sombras

Te verá en las sombras,
Al nacer el día.
Te verá en sus sueños,
Te verá en sus días.
Se marchitarán
Los claveles rojos.
Se desgarrarán
Todas las mentiras.
Sentirá tu aliento,
Tu frescor temprano.
Sentirá todo eso
Y será un engaño.


Edith Fernández García es delegada en León y vocal honoraria de la Unión Nacional de Escritores de España.