Poemas de Antonio Manuel Lucena

A J.E.

De tanto pensar
En los demás
No tiene tiempo
Para su penar.

No sé lo que hago.
No sé lo que digo.
La culpa
         la tiene
                  mi ombligo.

Siempre vuelvo
al lugar del crimen,
como el asesino.
Para ver mi cadáver
y siento una gran
felicidad al comprobar
que yaces conmigo.

El patito feo
cuando se
hizo mayor
se hizo
más feo
y se suicidó.

Soy tan poquita cosa
que apenas tengo valor.
Soy tan pequeñito
como un poema de amor
que diga:

Te necesito.


A  J.E., que se arriesgó por mí

Hoy he visto lo más raro:
Un gallo empollando huevos.
Un pordiosero dando limosna.
Sancho Presidente del Gobierno.
Un banquero pidiendo.
Don Quijote escribiendo el Quijote.
La luna cuadrada en el cielo.
Dios diciendo mentiras.
Un ateo de rodillas.
Hoy he visto lo más raro
Y he tenido fe en lo que no creo.

Desde niño
quería ser poeta
y el Señor
me escuchó.
No en mis oraciones
ni en mi virtud,
en mi pecado
me oyó.

Don Manuel “El enviado”
de apellido Fernández
sólo quería ser
una Mota en el aire.

Yo me sé un sueño
Que no puedo contar

Felicidad.


Mis olvidos

Si sigo así
con mis olvidos
cuando muera
me olvidaré
que he nacido.

Si sigo así
con mis olvidos
cuando muera
me olvidaré
para qué nací.

Para nada
he nacido
si sigo así
con mis
olvidos.

Y no hay
peor olvido
que la muerte
se acuerde
de ti.


Soneto en Haiku

Del llanto mío
La luz clara y serena
De mi albedrío.

Del desvarío,
La risa y santa pena,
Mi loco frío.

Huye de mí
Esta cruel alegría
Sola dejándome

Tú y yo en ti.
Él en mí. Yo y tú mía
Sola olvidándome.

Eternidad y amor.

Vida, Muerte y Dolor.


Qué triste suenas

Qué triste suenas
Qué triste penas
Con mi corazón.

Noche de poemas
Cómo me quieres
Cómo me hieres
Sin ninguna razón.

Luna que me engañas
Con mi soledad.

Dime que me quieres
Dile que no está sola
Dime que la quieres.

No la engañes como yo.

Tío, mira que regalarle
Una flor.
Y ella, dibujarte
En un papel
Algo parecido
A un corazón.
No hago otra cosa
Que reírme de ti.
Deberíais estar ingresados.


De niña a mujer

Vienes a mí con otro aire
      Leonor Villaseñor

¡Oh! dulce primavera
en mi estancia silenciosa.
¡Por fin! Al final llegó la hora.
El Arco Iris no espera.
No digas mi nombre,
deja después del beso
al silencio enamorado.
De niña a mujer.
¡Hoy he amado!


Aunque siempre amé
estuve esperando
este momento.
Siento lo que no siento,
he reído y he llorado.
Vírgenes silenciosas
se pasean por mis horas
de sueños encontrados.
¡Hoy he amado!


Ojos con ojos,
boca con boca,
carne con carne.
Todo se ha roto.
Lo consiguió una mirada.
Beso con beso.
Lo consiguió una caricia,
un embeleso soñado.
¡Hoy he amado!


Que lo sepa el aire,
que lo sepa el viento.
Que mis sentimientos
han volado.
Ha sacado afuera
mis sueños soñados.
La niña tímida que fui
ni sueña ni ha soñado.
¡Hoy he amado!


Qué tristeza deja
el entregarse.
Convertirse dos en uno
es enamorarse.
Fue tan difícil
que fue sencillo
el olvidarse
y me he entregado.
¡Hoy he amado!


Hoy han amado
gorriones y mariposas.
Todas las cosas
parecen hermosas,
distintas, soñadas,
alegres, gloriosas.
De esposa a amado
de niña a mujer
¡hoy he amado!



El místico enfermo

Nada más nacer
naces condenado.
Unos con la virtud,
otros con el pecado.
Unos en la pobreza,
otros en la riqueza.
Todos con su verdad,
todos con su mentira.
Si en el camino te cruzas
con la enfermedad mental
serás hasta para la Vida
por la vida olvidado.
Llevando doble condena.
Unos doble virtud,
otros doble pecado.
Sentenciado y condenado
por la vida y por la muerte.
Juez y Verdugo
de la Inocencia.


Siempre fui la soledad,
el miedo. No sé
si fui la mentira
o la verdad.
Siempre fui un cordero.
No quise ser el primero,
ni el segundo
ni el último.
Nací para un sacrificio,
para cruzar un desierto
y en el camino construí
un becerro de oro
al que adoré.
Lo llamé mujer.
Costilla de mi costilla.
Polvo como yo del barro.
Barro como yo de estrellas.
Nací para un oficio
que nadie quiere.
Siempre fui un cordero
con un cuchillo al cuello
nacido para el sacrificio.
Hay una sombra
que me persigue
más negra
que la mía propia.
Hay una sombra
que creéis es
una deshonra.
Una sombra
que os da miedo,
que cargo como
una cruz. Un madero
que se alza
entre mi crucifixión,
mi pecado y mi Dios.
Un fuego que se propaga,
que os cuesta perdonar.
El estigma que es mi cruz
soy yo mismo.
Veis la sombra
y no veis la luz.


Me voy con el último
Amigo.
Me voy con el último
Enemigo.
Me voy como he querido:
Ya confesado.
Me voy con el olvido.
Nada dejo ni me llevo.
Acaso las verdades
Y las mentiras
Son las únicas heridas
Que al final me han dañado.
Una enorme cicatriz
Cruza mi alma
Culpable de ser feliz.
Una herida en mi costado,
Que fue en sueño,
Siempre estuvo a mi lado.
Me voy como quise:
Solo. Con mi fe.
Crucificado.

Hundes al más pobre
en el lodo.
De alguna forma
nos redimes.
Das al rico más
de lo que quieres.
Conformando al pobre
con lo poco que tiene.
Un trozo de pan
es la vida
y con tu herida
y tus llagas
nos mantienes.
Sin embargo al rico
das tristezas y bienes
y al pobre alegrías
y placeres
                 de sueños.
¿Quién de los dos más tiene?


Dime luna, luna, luna

La luna vino de Oriente.
Los niños la están mirando.
Viene huyendo de la guerra
con su corola de espanto.
Los niños no se dan cuenta
que la luna está llorando.

Dime luna, luna, luna

El rocío está cantando,
¿es verdad que los fusiles
las rosas están matando?
Rocío no me preguntes
por mi tristeza y mi llanto
que vengo desde muy lejos
para llorar este canto.
Ser tus lágrimas yo quiero
y tu pañuelito blanco
y llenar de blanca escarcha
la soledad de los campos.
Déjame soñar Rocío,
déjame seguir llorando.

Mientras el rocío canta
los niños no se dan cuenta
que la luna está llorando
y todo el campo parece
ser su pañuelito blanco.


La luna parece tonta:

Tiene un grillo que le canta.
Un perro que le ladra.
Una nube que la abriga.
Una rana que la mira.

La luna parece tonta:

Siempre está tras de la esquina.
Se baña en el agua del pozo.
Se peina en el espejo del río.
No duerme nunca de noche.

La luna tonta parece:

Un queso, una calabaza,
Una naranja, medía sandía,
Una cuna, un globo amarillo.

La luna parece tonta.

Somos dos tontos amigos.
Mi amiga luna es una sonrisa
Que siempre se ríe conmigo.


Hoy tengo alma de ti

Hay dos cosas infinitas:
El Universo y el Amor
y del Amor estoy completamente seguro.
A.L.V.

Hoy tengo alma de ti
y quisiera regalarte
aquello que más
te gusta.
Seguro que es algo
insignificante y tú
no lo sabes.

Hoy tengo alma de ti
y quisiera regalarte
lo único que puedo:
Una sonrisa, una pena.
Una vida, un poema.

Hoy tengo alma de ti
y no tengo miedo.
Tengo algo tuyo,
algo que me has dado.
Y no quiero tanto
ni que Dios obre en mí
tanto milagro.


Arrastro por el mundo

Arrastro por el mundo
mi carne, mi esqueleto
y mis pensamientos.

Pesos muertos que
apenas puedo con ellos.

Buscando mi alma y
mi espíritu de niño.

Hojas secas que
se llevó el viento.

Se ruega a quien
los encuentren
no los devuelvan.

Esa es la recompensa
y mi gratificación.


Sinsonete

Me duele el corazón y el alma.
Me duele el hambre de siempre,
la de hoy, la de ayer, la de mañana.

Me duele el parking del minusválido,
me duele el color de tus ojos,
me duele el dolor de las lágrimas,
la de ella, la tuya, la mía.

Me duele mi soledad,
me duele tu compañía,
me duele todo lo que escribo
que es mi única alegría.

Todo es dolor lo que siento,
“y por doler me duele
hasta el aliento”.