Escuché


Poema de María Sánchez Román

Escuché el sonido podrido de la muerte,
escuché impetuosos latidos,
escuché palpitantes sollozos de mujeres
buscando donde esconderse
y quedaron retumbando  mis oídos.
Escuché correr las lágrimas
por ojos  de frágiles  inocentes
que perseguían  misericordia.
Escuché el eco infernal de unas voces.

Me perdí en medio del mundo
llorando mi impotencia,
mande a callar al silencio
y clame a mi Dios por toda la existencia.

Hoy, los cadáveres de  ilusiones,
son  un jardín silvestre de ensueños
y pasto que comen los ganados;
Rocas que el mar no rompe
con  armas de olas y caracolas;
Arena donde las gaviotas aletean
y dunas para anidar en ellas.

Hoy, soy lágrima en las ruinas de un cementerio,
donde el amor  perdura entre los muertos.