Hospital


Poema de Enrique Sánchez Campos

Una cortina, de fibra plástica,
es todo lo que me separa de la vida.

La vida que se va en cada gota
de suero que beben mis arterias.
En esas comidas que reposan
intactas en sus lábiles platos.
En la mirada vahída que posa en la cortina.

Guardo mi expuesta intimidad
en inútil intento, porque mi enfermedad
es todo lo que tengo, y plasma hoy
en un insulso pacto con la muerte,
que tiene por testigo a la nimia cortina.

A veces, corre en mi interior un río fisiológico
que amaga desbordante urgencia,
dentro de un tubo transparente de cristal,
pero la luz me enfrenta a una cortina
de mirada semiopaca y translúcida,
atravesada  en los susurros y silencios
expectantes de una posible indiscreción.

Y cuando en el deseo contenido
hallo oportunidad no llega el desahogo.
Escucho si la vida tiende silencios hacia mí
o se entretiene en charla familiar que me es ajena,
y miro la cortina una vez más
para buscar apego, intimidad, sosiego.

A veces, aguzo mi atención con los cinco sentidos
y escucho los susurros de la muerte,
el galopar arrítmico de un viejo corazón,
los riñones colapsados por nefritis
y el tórax que se niega a la expansión.
¡Son estos los arcanos que deciden mi suerte!

Poema finalista en el VI Certamen de Premios Literarios organizado por ALCER.