Amor reñido


Poema de Laura Aguirre

Cuando Emilio me pisa 
yo pierdo los papeles,
pues mucho es lo que teje 
y no hay quien lo maneje.

Su corazón me abre 
cuando me escribe cartas
pero en la última hoja
empieza a dar la lata.

La dejo en su sobre,
encima de la mesa,
le pido a su madre
que lo mande a la selva.

Pero a pesar de todo 
mi amor es poderoso:
de donde no hay, saca
no está hecho con corchos.

Sin embargo me espanta 
que se coma a los pájaros,
pregunto qué le pasa
y le beso las manos.

Aprendiendo del que trota
ando por esos mundos
sin ver hombre más sordo 
ni ver alguien más mudo.

Con el pisapapeles y abrecartas de hojalata,
tiene un tejemaneje que me espanta y me delata,
si el todopoderoso lo permite y aconseja,
pondré en la sobremesa un manojo de madreselva.

Con la facilidad de alguien que usa un sacacorchos
y la tranquilidad de quienes usan pasamanos,
voy a buscar sin tregua a ese tonto espantapájaros,
trotamundos tozudo, sordo-mudo, mudo y sordo.