Poema de Francisca Burgos
Roldán
Es soñar en el infinito,
Porque tu fuiste creada
Por los ángeles benditos.
Y Dios se quedó dormido,
Soñó con el paraíso,
Y a sus ángeles mandó
Que la hicieran lo
mismito.
Así salió tan bonita,
Tan gitana, tan señora,
Con ese embrujo moruno
Que la envuelve a todas
horas.
Y la Alhambra la contempla
Toda de amor embelesada,
Porque solo tiene ojos
Para mirar a Granada.
El Sacatín, la Cartuja,
El Realejo y la Alcazaba,
Torre Bermeja y Gomérez,
De mantilla se engalana.
Y van a la plaza nueva,
Y luego van a Santa Ana,
A la verita del Darro
Se pone a descansar.
Y en el paseo de los
Tristes
Uno se pone a cantar,
Otro le hace las palmas
“Pa” no perder el compás.
Otro se baila la zambra
Que me hace hasta llorar,
El Albahicín saleroso,
“Ole”, le grita, gitana.
Y una guitarra gimiendo
Del avellano le llama
Para irse por la mimbre,
Bailando por sevillanas.
Rezo, cantos y quejíos,
Taconeo, olé y palmas,
Y esa media granaína
Que por la mimbre se escapa,
Para meterse tan dentro