"A la luz de las velas", poemario de Eulogio Gavela Arias

El escritor orensano muestra a través de este libro un estilo meditado y profundo, como destaca la autora del prólogo, María del Carmen Gago

“A la luz de las velas”, poemario de Eulogio Gavela Arias (O Barco de Valdeorras, Ourense, 1952), miembro de la Unión Nacional de Escritores de España (UNEE) que reside actualmente en Vigo. 

Este escritor vocacional y fotógrafo aficionado, tal como recoge su página web, pertenece además a la Asociación de Artistas de Pontevedra, a la Asociación de Escritores de Galicia e interviene en diferentes actividades del quehacer literario, conferencias y coloquios sobre poesía. Ha publicado algunos libros y también plasma su intensa creatividad en portales destinados al tema poético.

“A la luz de las velas”

Calificado en el prólogo por la escritora María del Carmen Gago Florenti, también miembro de la UNEE, como “bello poemario que tal vez quiera sugerir cual es la mejor actitud para introducirnos en su lírica particular”.

“Podemos situarnos en el velador de un jardín donde el frescor de la hierba mojada, en perfecta conjunción con los sonidos de la noche y la tenue luz de los candelabros de porcelana, de la vieja casa de la abuela, nos invitan a la lectura de todos esos poemas que acaso nos vayan marcando el ritmo de las sombras que deambulan a través del crepitar de todas esas luciérnagas que, abandonando sus escondites, se han ido sumando al festín de la palabra”, destaca Gago Florenti.

“Y Eulogio nos habla de silencios"...como los sonidos del mar, como bronco acantilado, que castiga el no sonar de cien besos aun no dados..."; de ausencias: "...antes que tú, partiré..."; de distancias: "Me tienes en la distancia que retiene cercanías..."; de sueños: "Duerme en tu isla de amor, descansa en la noche fría..." de anhelos: "Suspiro porque no siento en mis labios tu besar..."; y en casi todo, el amor, como un punto de encuentro inevitable donde convergen los sentimientos del hombre. De él extrae la impronta que le va marcando la vida y a él recurre siempre que algo acontece en su entorno más próximo; y aunque otros muchos pensamientos ocupen su mente, aquí, a la sombra de las luces vespertinas, desata las pasiones por impulsos de su corazón de forma intensa y constante como la lluvia del norte; tal es su carácter”.

La escritora resalta del poeta que "continúa acudiendo al modo clásico de expresarse en poesía, aunque es evidente una evolución significativa de un estilo más meditado y profundo”.