De
la "Isla Hermosa", avistada por portugueses, quienes la llamaron
Formosa; de la Isla del reconocido escritor, padre de la nueva literatura
taiwanesa, Lai Ho, o del célebre novelista Chung Li-ho, de Taiwán, es nuestro
protagonista que asoma hoy, Lee Kuei-Shien.
Eminente
escritor, se graduó en Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de
Taipei. A temprana edad comienza a escribir poemas y ya en su actividad como
ingeniero, a la vez desarrolla su carrera literaria. En 1976, ingresa en la
Academia Internacional de Poetas de Inglaterra; en 1987, es nombrado miembro
fundador de Taiwán P.E.N., ostentando los cargos de vicepresidente y
presidente, respectivamente.
Lee Kuei-Shiel, además de vate, es crítico literario, prologuista y traductor. Su lírica ha sido inmortalizada en numerosos idiomas, destacando el mongol, ruso, neozelandés, yugoslavo, español... Se incluyen sus versos en exclusivos volúmenes de prestigiosas colecciones del Orbe.
Entre
los importantes premios recibidos, hacer mención de: "Mérito al Poeta de
Asia", otorgado en Korea; el "Ronghou" de poesía taiwanesa; el
de "Mejor Poeta del Año"; el hindú de Poetas Internacionales; el de
"Poetas del Milenio", también de la Indias; el "Lai Ho" de
Literatura y el de Cultura de su país natal; ha sido nominado al Nobel de
Literatura por la Academia Internacional de Poesía de la India; el
"Michael Madhusudán"; el "Wu Sanlien" y el de la Fundación
Cultural de Mongolia.
Cabe
destacar también, que ha participado en importantes eventos literarios de
países como Korea, Japón, India, Mongolia, Estados Unidos, El Salvador y
Nicaragua. Entre su numerosa biografía destacar "Las aves
residentes", "El cielo" y "La hora del crepúsculo".
La
obra poética de Lee Kuei-Shien es concisa, de poemas cortos mayormente, de
verbo claro, de hondo mensaje, henchida de romanticismo y de protesta social.
Eminente vocero de la paz.
Concluyo
este modesto esbozo de esta eminencia de las Letras, que es Lee Kuei-Shien, con
su poema "Me quiere o no", de su libro "La hora del
crepúsculo". Dice: "Cuando de repente se calla,/ no sé si me quiere o
no./ Después de hacer el amor/ debería estar algo cansado.../ Suena el viento,/
una y otra vez,/ bajo la luna pálida./ Hallo mi músculo ligeramente suelto/ y
me pregunto si su amor se afloja también./ Los pasos parecen ir muy lejos./ Me
vuelvo a mirar a la cara/ y se me forma una expresión solemne./ Me habita la
sensación de amar a una solemnidad./ no importa si me quiere o no.../ Una
cierta sonrisa emerge/ de lo hondo de mi corazón...".
Artículo de Graciliano Martín Fumero,
publicado en El Día, de Tenerife.