Ventana Literaria: Antonio Dávila García

Antonio Dávila García
Artículo de Graciliano Martín Fumero sobre el escritor extremeño, nacido en la provincia de Badajoz

De Miknasa al Asnam, así mentada por los musulmanes, de tierras del "dístylo sepulcral" o del palacio de los Zúñigas o de la iglesia de Nuestra Señora de los Milagros, de Zalaea de la Serena, municipio de la provincia extremeña de Badajoz, es nuestro protagonista que asoma hoy: Antonio Dávila García.

De este eminente escritor me llega un interesante libro, con poemas y relatos cortos, el cual lleva por títulos "El caballito de cartón".

Antonio Dávila García, evoca en este volumen, con lenguaje claro, verbo entendible, hondo y sentido mensaje, y henchido de emociones, sus vivencias en la Extremadura dura, evocadora en ocasiones de soledad, de emigración, de crudeza y desarraigo, pero vivencias, todas ellas emotivas, certeras, que nos narran cómo es esa hermosa tierra, cómo se vive, desde su génesis hasta nuestros días donde el costumbrismo es la esencia primordial. Ya Calderón de la Barca nos muestra un apartado de historia y de realidad de este pago con su magistral obra "El alcalde de Zalamea". De esta Comunidad Autónoma han laureado las Letras a eminentes escritores como Arturo Barea, Vicente Barrantes Moreno, Emilio Morote Esquivel, Gabriel y Galán, Luis Chamizo, Manuel García Centeno...

Realismo es lo que aflora en la obra de este preclaro escritor, que es Antonio Dávila García, ya que la cotidianidad es evocadora de inspiración, bien por sus festejos, su gastronomía, su paisaje, la manera de ser de sus gentes, la historia, etc.

Concluyo este modesto esbozo de sobresaliente literato con su poema "Extremadura". Dice: "Alcornoques, olivares, regatos que serpetentean,/ universo de chaparros, cobijadores de ovejas,/ hijos de la Extremadura, nacidos de sus esencias./ Cabizbajos van del brazo, el paisano y la miseria,/ el jornal que apenas llega, el fiado, la pobreza,/ las despensas campesinas, exultantes de carencias/ la alacena de otros pocos rebosantes de existencias;/ frutos de nuestros sudores, que florece en casa ajena./ Después maletas, distancia, bajo el horizonte/ el mar".

Artículo publicado en El Día, de Tenerife

Graciliano Martín Fumero es delegado en Canarias de la Unión Nacional de Escritores de España