Historia de un chavalillo

 
Poema de Ana María Catalá

Corría el año 22
de este siglo que ha pasado
cuando oyó por vez primera
hablar sobre la Legión,
era solo un chavalillo.

Se enteró por sus amigos
que fue un tal Millan Astray
el hombre que la fundó.

Oyó que los legionarios
eran personas de honor,
que amaban a su bandera
con fervorosa pasión
y también le oyó a la gente,
que eran hombres de valor
que no temían a la muerte.

Que se regían  por un credo
y cumplían sus mandamientos
con fe y con devoción.
Que acataban con nobleza
y con total disciplina
cada orden que le daban
sin emitir una queja.

Que eran soldados de  hierro,
que por más dura y difícil
que le fuera su contienda,
y aún venciéndole el cansancio
no relajaban esfuerzos
hasta cumplir con su empresa.

Que ponían en sus misiones
el alma y el corazón,
sin dudar en dar  la vida
si eso fuera necesario  
por un compañero herido
o por salvar la misión.

Todos estos comentarios
hicieron que aquel muchacho
soñara con ser soldado
¡Caballero Legionario!
Vestir su verde uniforme
para defender su patria
y un día gritar con orgullo,

¡Viva el Tercio, La Legión!
Viva el Rey y Viva España!