¿Por qué mi niño?


No naciste en un palacio,
como un gran señor.
¿Por qué mi niño?
¿Por qué mi amor?

Tu cuna fue un pesebre,
tu casa una cueva,
y unos pañales, el signo
de tu realeza…a lo Dios.
¿Por qué mi niño?
¿Por qué mi amor?

Los pastores, gente de dudosa
reputación, fueron los elegidos,
para ser los primeros,
en darte su beso y recibir tu perdón.
¿Por qué mi niño?
¿Por qué mi amor?

María, tu madre, no comprendía                                                   
                          muchas cosas…
pero confiada las rumiaba,
y guardaba en su corazón.
¿Por qué mi niño?
 ¿Por qué mi amor?

No será porque quieres:
ser entendido por los sencillos,
los olvidados, los que se sienten
pequeños…y deseas que sean ellos,
los primeros en darte silenciosos,
su beso de amor.

Ahora voy vislumbrando,
tus porqués.
Gracias mi niño, gracias mi amor.

Pilar Baixeras