Ser deseo permanente


Quiero ser el centro de tu atención,
la diana de tus vitales instintos,
el único alimento
que te lleves a la boca,
la fragancia indeleble
bajo tu blanca piel
y el manto de tu mar y de tus olas.
Quiero ser tu deseo permanente,
el imán que te saca de las sombras,
y el vino que se escancia
por entre tus comisuras.
Sí, quiero ser todo eso y, sin embargo,
también quiero ser el centro de otras atenciones,
la diana de otros instintos,
el alimento de otras bocas,
la fragancia indeleble de otras pieles,
el manto de otros mares y de otras olas,
el deseo permanente de otros deseos,
y el vino que se escancia por entre otras comisuras.

Fernando Sánchez Mayo