He relegado tu odio en mi amargura


He relegado tu odio en mi amargura,
todo aquello que el odio te acalora.
Mi mirada busca y acaricia ahora
la nostalgia invisible y la ventura.

Tu recuerdo a modo de la censura,
pierde sentido cuando se demora
y en el tiempo nace una nueva aurora,
hace al dolor desdeñar la locura.

No añora el odio una esperanza unida
y estéril soñar con volverla a desear
sino llega la ilusión requerida.

Abro mi corazón antes de salear,
un velero, por decirte querida,
ya no te requiero ni para prosear.

Miguel Ángel Matamala