No hay batallas perdidas


Enfréntate a mis besos,

desata la mordaza de mi alma

y desoye los silencios.

Asalta, desgarra, hiere:

lucha cuerpo a cuerpo…

saquea mis reservas,

asalta mi universo,

ven y quémame por dentro.

Anda, recítame estos versos

y defiende lo que queda

de este bastión secreto.

Secuéstrame en tu plaza,

renuncia a mi rescate,

borra todas las huellas,

esquiva a los espías,

olvida los enlaces…

¡Pon de por medio tierra

y tiende un puente a la alegría!


Que aún no ha salido el sol,

que aún no he perdido la vida,

que aún es tiempo de luchar

por las batallas perdidas.


María del Mar Marchante Ortega