Si castigo tus ojos


Si castigo tus hermosos ojos con mis ojos,
si busco tu alma para encontrarla con la mía,
si el deseo me abrasa y te llega mi gran fuego,
comprendo que tengas tal precaución a quemarte;
y admito que huyas buscando el olvido impaciente.
Haces bien en dar alas a tus pies de jacinto
y a tu boca de arrayán muerta de confusión,
pues así prolongas la fe a quien tanto niegas.

Fernando Sánchez Mayo