Cautivo por mi vida


Has sido tu, Cautivo por mi vida,

sólo por mi tu cuerpo has inmolado.

Tu, prendido por todos mis pecados,

has doblado por mi tu espalda erguida.


Ante el sumiso justo maniatado

me introduje en la cueva del letargo

pues no quise beber del vino amargo

que habría de brotar de su costado.


Pero fuiste paciente y esperaste

en cada esquina, en cada encrucijada,

cuantas veces caí me levantaste.


Hoy soy, Jesús Cautivo, tu cautiva

desde Getsemaní hasta el Calvario

prendida de tu amor, siempre cautiva.


Manoli Sánchez