¡Se volvió a repetir la historia!


Hoy la historia de nuevo se repite,
Hoy suenan llorosos los timbales
con gemidos de oleajes que compiten
en cantos de león de selva virgen.

El pueblo de Sansón, de sus brazos distraído,
quedó hilando hierro al áspero son
de una oda huérfana en tierra y nido
que jugaba entre olas de pasion

¿Dónde vibrar con rayos de horizonte
que suenen notas que parezcan versos?
¡Quién asfaltará los mares y allanará montes
 para que pueda hacerse caminos rectos?

Yo canto con palabras que son mil lloros,
de victimas  inconscientes en su fatal juicio,
el corazon desgarra, y nos desgarra a todos,
como desgarra el aire al precipicio

o al robusto tronco de un arbol firme.
El mar está revuelto, está triunfante;
las invernales horas pasan terribles,
envueltas con abrigo, tosco equipaje.

Y el agua les azota en sus húmedas caras
de lluvia, sol y noche, estremecidas;
esas que, sus madres mil veces besaran,
y que ahora lloraran por el resto de sus vidas.

¡Tú, inmenso azul! al despertar la aurora,
tu húmedo instrumento muestras al mundo,
el himno de tu luz dora que dora
sin mas pudor que un tul de moribundo!

Bajo el inmenso cielo del firmamento,
al despertar el alba, muestras tu ritmo;
una niebla que esconde mil sufrimientos
de dos cuerpos que forman un silogismo

A tí, azul elemento, no se te condena,
no hubo en tí pecado, solo Naturaleza.
Maldigo mil veces y mil veces me apena
que  la vida al hombre nos la den impuesta.

Nacer aquí o allá, ¡qué diferencia!
Que mis papas sean ricos o sean pobres,
se marcaran en el hierro de mis vivencias
como se funde al fuego el solido cobre.

Pero he aquí que, a veces, pura inconscienca,
algunos se revelan de su destino;
sin mas conocimiento que la imprudencia,
se lanzan a la mar como a camino.

¡Yo vogo por la Luz de las conciencias,
que el Mundo no juegue a gallinita ciega!
¡Yo vogo por la Vida y vogo por la omnisciencia!
¡Vogo por el Hombre: blanco, azul,…o piel negra!

¡Únamonos amigos de todo el mundo,
únamos miradas trémulas y luz sagrada
y demos el dulce aliento del trotamundo
como vital elemento que embriaga!

Un amor embriagante y placentero
con el color del astro Naturaleza.
Un amor que inunde al mundo entero,
como el arroyo inunda, sin conocer pereza.

Adios, hermanos míos, hasta la próxima.
Se volverá a repetir la triste historia,
y volveremos al glacial donde la cima
se fundirá con el mar de la miseria.

Por mucho que nos pese no haremos nada,
vanas lamentaciones de un solo instante;
todos bebemos de un agua clara
que olvida las heridas del Emigrante.

A esos dos emigrantes, víctimas de sus destinos, que aparecieron en la Bocana del Puerto de Melilla hace dos semanas. Descansen en paz.

Carmen del Pino (Carpino)