Poema de Juan A. Pellicer











OTRA FORMA DE DECIR ADIÓS

Sentado con los pies colgando

en el abismo de la obligada calma,

escucha paciente el eco perdido

dibujado en el crepúsculo de su ayer.


No hay miradas ni palabras,

ni gesto que rompa el ceño

ni bálsamo que herida sane;

un soplo de aire frío por respuesta,

un recuerdo que en su maldita o bendita

lejanía se vuelve confuso.


Sosiego impuesto

–voz implacable de la cobardía-,

que lleva en su aroma

el fuego de la pasión perdida;

que habla con palabra muda

inventando otra forma, mortal y rotunda,

de decir adiós.


(Jpellicer)