Ventana Literaria: Abdelmajid Benjelloun

Artículo de Graciliano Martín Fumero

De tierras del rey Idrís I, de la mezquita y universidad de Qarawiyyin, de la ciudad cultural y religiosa de Marruecos, de Fez, es este erudito: Abdelmajid Benjelloun.

Dilecto intelectual, cursó estudios en la Universidad de Ginebra (Suiza), licenciándose en Ciencias Políticas. Actualmente es profesor en la Universidad Mohammed, de Rabat, donde imparte clases sobre las relaciones hispano-marroquíes y, particularmente, sobre el colonialismo español y el movimiento nacionalista marroquí en la zona norte.

Abdelmajid Benjelloun es un prolífico escritor, contando en su haber con una cuarentena de publicaciones en los más variados géneros literarios. Se le considera uno de los escritores más sobresalientes del reino alauí. Entre sus ediciones destacan: "Es y se escoge el mismo silencio", "Mama", "La eternidad no estudia de qué lado está el amor" o "Aforismos amorosos". Es presidente del Centro P.E.N. Internacional de Marruecos y, además, un reputado pintor.

Sobre la lírica de Abdelmajid Benjelloun ha escrito el profesor D. José Corredor-Matheos: "Aprecio en ella creatividad, un misterio tan turbador como revelador, una original capacidad para sorprendernos, gran dominio del lenguaje -a través de traducciones pero con la convicción de que son capaces de salvar las esencias de la poesía- y, lo que más importa, el hecho de que se trate de verdadera poesía, espiritualidad, profundo sentido de trascendencia. El poeta alcanza su objetivo en la búsqueda misma, puesto que el objetivo no existe y el motor y verdadero destino, por llamarlo así, dadas las bienvenidas insuficiencias del lenguaje, está fuera de lo conocido y de lo incognoscible. Por esto, nos habla de un mundo que es tan visible como invisible, o, por mejor decir, creado por la mente para estímulo de nuestra sed de absoluto. La palabra halla lazos misteriosos con el sentido y cada palabra es expresión de nuestro asombro ante la verdad. Y sabe remitirnos a lo más inmediato, descubriéndolo como algo tan lejano como íntimo. Como gran poeta que es, sin abandonar nuestro mundo cotidiano, devuelve a la poesía su primer y último sentido".

Abdelmajid Benjelloun nos ofrece, para deleite de todos, una infinidad de aforismos, quizás inspirados por sus paseos por la medina de Fez el-Bali, que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad en 1981, o por la Mellah, o por la Ville Nouvelle.

Concluyo esta modesta exposición sobre este estimado orfebre de la palabra con algunos de sus aforismos. Dice: "La piedra prospera en el infinito: no tiene necesidad de moverse"; "el cielo es propietario del rostro de los arroyos"; "las palabras solo mueren cuando son usadas por los hombres"; "la eternidad se introduce sin cesar en el mundo a través de fisuras: los silencios"; "la palabra es sociable, pero el sentido es hogareño"; "no esperes encontrar lo invisible en los barrios elegantes de la inteligencia"; "la muerte es una ablación benigna del mundo"; "a veces tengo la impresión de que el mundo no es sino la vanguardia de la palabra"; "¿conoce usted un acto de poesía más hermoso que atrapar un eco con una reata?"; "hay seres que nunca llegan a otra parte sino con el grito"; "no hay amor que no sea un malentendido con la belleza"; "el amor es una imposibilidad posible que no es posibilidad ni imposibilidad"; "nuestras respiraciones debaten sobre Dios, sin nosotros"; "la callejuela enrola sus viajes para no perder el mundo que deja tras de sí"; "esta mujer es generosa: me da su soledad"; "los extraños ruidos que en mi habitación se producen en medio de la noche son el efecto de la impaciencia de las palabras en reposo"; "la poesía es también el lenguaje preciso del extravío"; "ella me trae un vaso de sed. Y lo bebe conmigo"; "en un tranquilo rincón del futuro todos morimos... modestamente"; "la mujer es un hallazgo del amor"; "no seré célebre, no seré doctor, ninguna mujer se suicidará por amor por mí, ninguna calle llevará mi nombre, no escribiré libros, nada escribirán sobre mí, no me recordarán, ni mi vida será irrisoria, pero, al menos, estará mi nombre sobre mi tumba".

Graciliano Martín Fumero es Delegado Permanente de Relaciones Internacionales de la UNEE.