Poema de Gaspar González Pina













VIEJA AÑORANZA

El dorado aquél que pendía
sobre la cornisa de mi casa vieja,
ya no brilla desde aquél dia
ni se sostiene ya la leja.

El banquillo ya no está donde estaba.
Solo el candíl cuelga
y, el abuelo que dormitaba,
tampoco tararea ni cabalga.

Todo está tan cambiado
en la cabaña, que todo parece
olvido. Todo está olvidado,
todo allí perece.

Sobre el lecho polvoriento
de mi niñez, está el rosario.
Solo esto hallo intacto
entre tanto recuerdo.

Cultivando estoy con lo que tengo:
Una estrella que sobre el monte brilla,
el arado que recogí luego,
los arreos y una borriquilla.

Mas, ya no mana la fuente
el agua cristalina que manaba,
ni tersa está mi frente...
¡ni ví más a quién yo amaba!.


Gaspar González Pina