
ORACIÓN I
Descuélgame de la cruz
¡ maestro ¡ que no resisto.
Confórtame en la esclavitud
a la que me someten los clavos
y se bálsamo que alivie
mi corazón, roto por el pecado,
carente de resignación
porque me flaquean las fuerzas.
No sé si me envías mucho sufrimiento,
o por el contrario, adolezco de resistencia.
Sólo quiero sentirme amado,
comprendido, perdonado,
pues soy un boceto
lleno de imperfecciones.
Guíame con rectitud
y también con delicadeza,
que pueda llegar a ser
ejemplo de tu grandeza.
Antonio García Siles