Poema de Ramón Alvarez











LA ENREDADERA

Esa enredadera es felíz
cuando trepa cual verde hiedra.
Quiere asomarse al jardín
donde anidan primaveras.

Sus hojas se contonean.
Sus flores cantan por malagueña.
La encontré en un patio andaluz
entre romeros que estaban de fiesta.

El ocaso la acaricia
cuando voluble es el viento.
La lluvia llega en el alba
para llenarla de besos.

Se ha convertido en Diosa.
Reina de patios y jardines.
Es admirada en su trono
entre vítores y jazmines.

Y no hay en primavera una flor
que se resista a su encanto.
Los prados la llaman Primor.
¡La reclaman todos los pájaros!

Y la noche que es testigo
entre sombras y malicias,
¡se hará presente en enojos,
en sentencias y en heridas!

Ramón Alvarez

Melilla, 4-1-1999