Ventana Literaria: Reynaldo Lacámara











De la República de Chile es este escultor de la palabra: Reynaldo Lacámara, quien nace en la ciudad de Santiago.

Docto escritor, es presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, vicepresidente de la Academia chilena de Literatura Infantil y de la Casa de Arte y Cultura Delia del Carril. Desde temprana edad, se siente atraído por el verbo y participa activamente en tertulias literarias. Hombre versado en la materia, participa en 2005 como miembro del jurado del Premio Municipal de Santiago. En noviembre de ese mismo año es designado consejero del Consejo del Fondo del Libro y la Lectura, en representación de la sociedad que preside. En 2007 es invitado por el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal a participar en el Encuentro Internacional de Escritores por la Tierra, en Granada, Nicaragua. Además, lleva a cabo una activa gestión cultural, animando a otras instancias al fomento de la lectura y creando lazos para la proyección de escritores chilenos tanto en instituciones nacionales como internacionales. Ello le lleva a la organización y puesta en práctica del Encuentro Internacional de Escritores Chile tiene la Palabra: Latinoamérica en el corazón. La Universidad Mayor de Santiago de Chile, en febrero de 2009, le condecora por su trayectoria literaria y su contribución al desarrollo cultural de la nación. En Uruguay, en abril de 2010, recibe la distinción Fernán Silva Valdés por sus méritos en favor de las letras.

Tiene en su haber, entre otras, las siguientes obras poéticas: "Huellas urbanas", "Pasajes de otro", "Lota sobre la tierra", "Esa delgada luz de tierra". Su quehacer lírico es un escudriñar para extraer lo preciado que su entorno sostiene, para plasmar con la palabra la impronta que sus retinas retienen en su migrar por esa porción de columna vertebral de América. Preciso en el lenguaje, en sus formas, claro y conciso, su voz se torna una enseñanza, un glosario de conocimientos para que ese Chile, otrora indígena, no quede en el olvido.

De la tierra de otros coetáneos como Pablo Neruda, Isabel Allende o Nicanor Parra, concluyo plasmando como muestra de Reynaldo Lacámara un fragmento de su libro poético "Esa delgada luz de tierra", titulado "La palabra". Dice: "Evito cruzar un mar sin olas / ni una ola sin sangre. / El destino crece y muere en el océano. / Nadar es invocar a los muertos. / Esa palabra nace en lo oscuro. / Sale del mar como una especie nueva; / ahora galopa, cabalga su sangre, / como otra palabra / hacia la delgada tierra de otra mar".

Artículo de Graciliano Martín Fumero

Publicado en El Día, de Tenerife