Poema de Ramón Alvarez











DULCES ESTANCIAS

De cada viaje, más de un recuerdo.
De cada país, exquisitos colores,
arraigadas costumbres,
particulares gestos.
De cada ciudad o pueblo,
instantes irrepetibles,
paisajes para nunca olvidar
aunque transcurra el tiempo.
Cada lugar visitado
me brindó sorpresas,
me aportó riquezas...
¡sentimientos bellos!
Descubrir la idiosincrasia
me hizo conocer esas maravillas del mundo,
que enseñan que lo diferente es tolerancia
y no provoca conflicto alguno.
La convivencia disciplinada
hizo de mis estancias un placer,
un recomendable paraíso.
¡Siempre el respeto preponderaba!


Ahora anhelo aquellas tardes,
aquellas noches y madrugadas
donde mi corazón hechizado
no anhelaba el temido regreso
a la que hoy sigue siendo,
mi monótona morada.

Ramón Alvarez Jiménez